Ante el fallecimiento de su padre, el hijo de José Luis López Vázquez respondía a la pregunta de cómo le gustaría ser recordado a su padre de esta manera: “Con cariño que le ha profesado la gente cuando estaba vivo”. Esa sería la frase que se utiliza con muchos de los actores más populares muertos. Con una simple diferencia. Con José Luis López Vázquez ese cariño era real.
Porque a todo el mundo le gustaba imitar su “señorita” que espetaba a la gran Gracita Morales. Porque fue un cómico genial que supo llegar al pueblo a base de tics y gestos geniales que bordeaban la línea de la sobreactuación pero nunca la superaba. Hizo películas realmente populares, trabajó con un fenómeno de masas como Paco Martínez Soria e hizo el cine del que muchos se avergonzarían con cierta edad. Pero él no. Porque sus personajes tenían que ver con nosotros, con la gente de verdad. Y sin esa vergüenza supo trabajar con Carlos Saura, hacer Mi querida señorita, vivir en el caos berlanguiano de los Leguineche, poner su talento cómico a una pequeña gran obra como Atraco a las tres... Hacer de todo y todo bien. Sin pedanterías, ni intelectualidades sobrantes. Su carrera es envidiable porque simple y llanamente lo hizo todo. Y lo más difícil, de manera sobresaliente. Nunca se sabrá si era el mejor pero lo que si sabemos es que era historia. Un auténtico todoterreno.
. El gran versátil (Diego Galán, El País)
Porque a todo el mundo le gustaba imitar su “señorita” que espetaba a la gran Gracita Morales. Porque fue un cómico genial que supo llegar al pueblo a base de tics y gestos geniales que bordeaban la línea de la sobreactuación pero nunca la superaba. Hizo películas realmente populares, trabajó con un fenómeno de masas como Paco Martínez Soria e hizo el cine del que muchos se avergonzarían con cierta edad. Pero él no. Porque sus personajes tenían que ver con nosotros, con la gente de verdad. Y sin esa vergüenza supo trabajar con Carlos Saura, hacer Mi querida señorita, vivir en el caos berlanguiano de los Leguineche, poner su talento cómico a una pequeña gran obra como Atraco a las tres... Hacer de todo y todo bien. Sin pedanterías, ni intelectualidades sobrantes. Su carrera es envidiable porque simple y llanamente lo hizo todo. Y lo más difícil, de manera sobresaliente. Nunca se sabrá si era el mejor pero lo que si sabemos es que era historia. Un auténtico todoterreno.
. El gran versátil (Diego Galán, El País)
1 comentario:
Muy grande, sin duda. De los bastiones fundamentales de nuestro cine. Una lástima su pérdida.
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