29 marzo 2009

Momentos de cine: Ed Wood conoce a Orson Welles (Ed Wood). Diferente cine, misma pasión


* Vídeo de Q Cinema

Hace pocos días todos los aficionados al cine nos hemos tenido que tragar toda la polémica que ha suscitado la crítica de Carlos Boyero sobre la última película de Almodóvar. En ella, Boyero no sólo dudaba de la calidad de Los abrazos rotos sino que arremetía contra todo el mundo Almodóvar. Al final sólo era otra polémica absurda e idiota (este país es campeón olímpico en crearlas) entre dos personajes completamente ególatras. Lo que si hacía este asunto era poner un tema en cuestión, ¿qué es ser un genio? ¿Quién decide quién lo es o deja de serlo? Para muchos Pedro Almodóvar es ya un clásico indiscutible del cine europeo. Para Boyero no. Para muchos, Orson Welles fue uno de los grandes creadores de la historia del cine. Para muchos, Ed Wood fue uno de los mayores inútiles detrás de una cámara. Pero hay gente que piensa que eran iguales. Personas como Tim Burton.

Podemos pensar que Ed Wood era la historia del peor director del mundo. Y quedarnos en lo curioso que es ver a alguien rodando películas tan cutres. Pero es una película sobre la independencia. No sólo la fílmica sino la personal. A Ed Wood le gustaba el cine. Y para rodar le gustaba hacer SU CINE. Vampiros, extraterrestres y platillos volantes, serie Z... Y además le apasionaba vestirse de mujer y los jerséis de angora. Any problem? . A Orson Welles le gustaba el cine. Y para rodar le gustaba hacer SU CINE. Historias complejas, proyectos arriesgados, adaptaciones de Shakespeare y Cervantes... Además le gustaba mucho beber, comer, follar e ir a los toros. Any problem?

Por eso no es tan raro que otro personaje de gran independencia fílmica y personal quisiera juntarlos. Pero no para mostrar como el maestro (Welles) aparece como un ser superior ante el pupilo (Wood). Burton los equiparaba. Al fin y al cabo en ese restaurante se juntaban dos personas apasionadas a los que el mundo intentaba frenar. A Welles le querían fastidiar poniendo a Heston de mexicano en Sed de Mal (curiosamente el actor seria clave para que el proyecto surgiera). A Wood nadie le comprendía, ni a él ni a su cine. Por lo cual sólo se tienen el uno al otro. Welles y Wood eran la misma persona, el mismo creador. Personas que intentaban hacer su cine, su vida, aunque para ello tuvieran a todo el mundo en contra. ¿Welles hacía mejores películas que Ed Wood? Seguramente... pero ¿eso importa tanto?

Pienso que rodando esa escena a Tim Burton le darian ganas de rescribir el guión, escribirse unas lineas y juntarse a dialogar con los dos directores. Tim Burton, Ed Wood y Orson Welles son la misma persona, el mismo ejemplo. Cómo intentar hacer lo que tú quieres, cuando y cómo te apetece. A pesar de que el mundo no te entienda.

PD. Viendo a Vincent D’Onofrio comiéndose la pantalla, interpretando a Orson Welles, en dos minutos uno piensa, ¿no es uno de los grandes actores infravalorados que hay en la actualidad?

24 marzo 2009

Almodóvar Post-Volver

- Los abrazos rotos - (Pedro Almodóvar, 2009)


¿Qué hacer tras Volver? Esa era la duda que tenía Pedro Almodóvar. Esa era la cuestión que queríamos resolver los que creemos que el director manchego está viviendo una nueva era de esplendor. Y sus detractores no necesitaban saber la respuesta, afilaban los cuchillos creyendo que la flauta no le iba a sonar otra vez. No sabría decir si Volver es la obra maestra almodovariana, eso lo dirá el tiempo. Pero si me atrevería a decir que es su obra más equilibrada, la mejor escrita, una de las más emocionantes y, quizá, la mejor interpretada. Por lo cual la película que venía después tenía todas las papeletas de pasarlo mal.

Con esos antecedentes fui a verla. Sabiendo que no iba a ser Volver y que, en general, estaba teniendo más detractores que defensores. Pues una vez acabada la película no puedo mentir. Si el cine es cuestión de sensaciones la mía es clara. Los abrazos rotos es una película que me ha gustado. En un film de dos horas largas no me he aburrido y, casi siempre, me ha interesado lo que veía en la pantalla. Por lo cual desproticar contra Los abrazos rotos sería una cuestión de hipocresía. Es verdad que, a veces, aparece el Almodóvar que más chirría con algunas escenas prescindibles. Eso hace que la película se alargue demasiado para una historia que tampoco es la bomba. Porque siendo todo muy melodramático tampoco llega a emocionarme. Las interpretaciones son buenas pero ninguna deslumbra (excepto José Luis Gómez y las geniales apariciones de Carmen Machi, Rossy de Palma y Lola Dueñas). Es verdad que Los abrazos rotos tiene todo eso. Aun así no deja de gustarme lo que veo.

Porque Almodóvar le ha encontrado el punto a su cine. Rueda bien, muy bien y, sobre todo, lo hace a su estilo. Sabe como construir una película que aunque da muchas vueltas no deja de ser su film. Y ahí quedan escenas como la doble (en vivo y en pantalla) ruptura de Penélope Cruzcon José Luis Gómez o todo lo referido a Chicas y Maletas (¡ruédala ya, Pedro!). Almodóvar construye una película donde no interesará mucho lo que cuenta pero si cómo lo cuenta. Con lo cual el director manchego ha sobrevivido de una experiencia como Volver. Y lo hace con la cabeza bien alta.

. Pasión por el cine (Holden Caulfield, La última película)

. "Los abrazos rotos" no terminan de romper (Ruth Méndez, Grupo salvaje)

. Un Almodóvar para hipertensos: poca sal (E. Rodriguez Marchante, ABC)

21 marzo 2009

Interpretaciones de cine: Jean-Pierre Bacri (Para todos los gustos). La insoportable levedad del hombre de mediana edad



Cuando vi por primera vez a Jean-Pierre Bacri en la pequeña pantalla no percaté en él. Eso que para otro actor sería un fracaso en esta ocasión era un triunfo. Porque el personaje que borda Bacri en Para todos los gustos debía representar perfectamente al típico hombre de mediana edad. El que encontramos en los bares, en las empresas, en los despachos... Una misma persona que por el que la vida va pasando sin que él se de cuenta. La gente a la que solemos ignorar.

Ir a los amados cines Astoria de Alicante a ver una película de la que desconocía toda y encontrarme con uno de los mejores (y divertidos) estudios humanos que he visto en pantalla grande fue un auténtico milagro. Y todo ese estudio de la sociedad actual se ve completamente reflejado en el personaje de Jean-Pierre Bacri. Al principio vemos a una especie de Homer Simpson, ignorante, grosero y sin ningún interés por la cultura. Vamos, un perfecto reflejo del ser humano medio. Pero como en esta cosa jodida que es el amor no controlamos de quien nos enamoramos nuestro protagonista se enamora de Clara Devaux, que interpreta Anne Alvaro. Intelectual, talentosa y actriz. La antítesis del personaje de Bacri. Este argumento, que en manos de cualquier otro guionista hubiera sido un sainete absurdo, se convierte en manos del tandem Bacri-Jaoui en una metáfora de los prejuicios con los que vivimos en nuestra sociedad. Una constante en su cine, en nuestra sociedad etiquetamos y clasificamos importándonos bastante poco la persona a la que le hacemos el examen.

Pero para reflejar este mundo lleno de prejuicios no sólo contamos con un guión genial sino también con unos actores en estado de gracia. Y ahí sobresale con fuerza Jean-Pierre Bacri. Su personaje parece que solamente nació para ser divertido, un personaje cómico sin más. Es divertido ver a alguien tan ignorante como él codearse con los intelectuales (y pedantes) personajes del mundo de la bohemia francesa. Pero Bacri llena de matices con su interpretación de Jean Jacques Castella. Poco a poco vemos como es un hombre que se llena de una tristeza inconmensurable, una persona que intenta ser algo que no es, por amor o porque su vida le parece absolutamente vacía. ... acaba siendo el espejo donde mucha gente se podría mirar. Somos lo que somos y, a veces, no podemos cambiarlo. Simplemente porque nuestro entorno no lo permite.

Tiene talento Bacri para engañarnos con su interpretación. Nos reimos mucho con él cuando en realidad su personaje es una tragedia en si mismo. Bacri sabe que con su gesto puede provocar o la risa más contagiosa o la tristeza más terrible. Y eso es de un mérito extraordinario.

13 marzo 2009

Joyas a reivindicar: Un domingo cualquiera. Chicos, esto si es deporte

Siempre he tenido muchas ganas de ver algo que uniera dos de mis pasiones favoritas: cine y deporte. Recuerdo que siempre oí que la película Los búfalos de Durham era “una de las mejores historias sobre deporte que había dado el séptimo arte”. Caí y me dispuse a verla. Creo que todavía puedo oír los bostezos que di al ver la película de Ron Shelton por muy fascinante que estuviera Susan Sarandon. Después de muchas vueltas pude llegar a una conclusión, el cine no ha sabido reflejar como es (o puede llegar a ser) el deporte.

El cine ha utilizado sus mecanismos para engañar y trampear logrando mostrar un deporte artificial, hueco y manipulador. Ahí tenemos esas remontadas absurdas, las relaciones ficticias entrenador-jugador y esos deportistas cuyo cerebro no supera al de un mono (aunque en esa parte quizá no vayan muy descaminados). No se reflejaba el nervio, la tensión, la corrupción y lo majestuoso que puede llegar a ser el deporte. Lo mejor y lo peor. Tuvo ser Oliver Stone con su estilo siempre al límite, él que nos enseñara como respira el deporte en Un domingo cualquiera. O mejor dicho, el deporte profesional.

Un domingo cualquiera se enmarca en el mundo del fútbol americano. Pero podría hacerlo en el del baloncesto, voleibol o billar. Cualquier deporte con un mínimo de profesionalización. Stone se mete hasta el más pequeños rincón de los vestuarios, observa con detenimiento la última gota de sudor de los jugadores con un sencillo objetivo. Mostrar las cosas tal y como son. Y por supuesto no es algo agradable. Corrupción, presión infinita a los jugadores, fiestas salvajes de estos mismos... el mundo de algo que mueve tanto a las masas como el deporte ni es ejemplar ni es bonito. Hay padres que quieren que sus hijos sean estrellas de un equipo de fútbol o basket para quitarse sus complejos de fracaso. Allá ellos. La realidad que muestra Stone no sería mi mejor deseo para mi hijo.

¿Y el deporte? ¿Dónde queda el juego? Stone hubiera sido un cínico si sólo hubiera mostrado una parte. Por muy podrido que esté todo al final todo se resuelve en la cancha de juego. Talento, habilidad, algo de suerte... el deporte es deporte por mucha tontería que tenga alrededor. Y eso lo rueda Stone como nadie podría hacerlo. Sentimos los golpes, la presión o el miedo al fracaso que sienten los deportistas profesionales que saltan a cualquier cancha. Porque lo que para nosotros es Un domingo cualquiera para ellos es donde se juegan el pan. Y eso la película de Oliver Stone lo transmite como (casi) ninguna otra. El deporte, ese mundo extraño, absurdo y fascinante que tiene en Un domingo cualquiera uno de sus mejores espejos.

06 marzo 2009

Adiós (injusto) a Lo que yo te diga


Este es el mail con el que me desperté hace unos días:

Unión Radio (Cadena SER) ha tomado la decisión de terminar la producción de“El cine en la SER” desde el próximo 4 de Abril, fecha del último espacio,coincidiendo con el 20 aniversario del programa. En espera de futurosproyectos, nos concentraremos en nuestra Web y sus contenidos. Nuestra cooperación con Unión Radio se establecerá en el futuro en eseámbito, siendo nuestra Web la referencia cinematográfica en Cadenaser.com yen otras plataformas del grupo con el que venimos colaborando hace 30 años.

Nuestra intención es no sólo mantener, sino aumentar y mejorar nuestroscontenidos, dándoles un carácter audiovisual como estamos haciendo con el Canal TCM. No es verdad que 20 años no sean nada, como dice la viejacanción, sino todo lo contrario, y nos sentimos muy orgullosos de loconseguido en la radio en general, y en particular de haber hecho nacer unsitio como loqueyotediga.net, como lugar de encuentro y colaboración de losque nos interesamos por el cine más allá de taquillajes y vanidades, aunquesin olvidarlas. El futuro de nuestra Web estará en su comercialización y por lo tantoveréis, esperamos por razones de continuidad y contenidos, un aumento de lapublicidad en un sitio que no se caracterizaba por ello.

Contamos convuestra comprensión y apoyo en esta nueva etapa que sabemos como empiezapero no como discurrirá en el mundo nuevo que la crisis actual nos empiezaa abrir. He querido que la primera comunicación de la nueva situación se hiciera anuestros foreros, y en los próximos días se realizará a los diversos mediosde comunicación y empresas del sector. El tiempo nos guiará y vuestra cooperación formará parte del futuro quecomienza el 5 de Abril, tras nuestro último espacio de “El cine en la SER”.

Todos sabemos que la crisis ha sido una excusa perfecta para muchos empresas para limpiar a sus trabajadores de los puestos de trabajo. “Es la crisis”, es la frase manida y vacía. En el fondo esos despidos no eran necesarios pero vieron la puerta abierta... y entraron de lleno.

Lo que yo te diga es un espacio de referencia de la radio española. Por su inteligencia, sentido del humor y capacidad para hacer radio de calidad. No sé si era imprescindible su desaparición pero sospecho que no. Hacia tiempo que la LQYTD molestaba en la Cadena SER. Ponían un trozo del programa a una hora y otro en otra franja horaria. Que nada molestara al (por otra parte genial) Carrusel Deportivo. Un sábado podías disfrutar del excelente Ser Digital, luego LQYTD y acabar el día con el Carrusel. Eso se acabó. El cine en la SER molesta.

Algo se mueve en Prisa...y no parece muy positivo lo que se ve. La perdida de calidad en alguno de sus frentes es evidente. No por el trabajo de sus profesionales que siguen siendo excelentes. Pero los de arriba están tomando unas decisiones absurdas que van en contra de que medios importantísimos como El País, Cuatro o la Cadena SER ofrezcan una oferta de primerísima calidad. El resumen de esta locura se puede ver en estos datos. Radio Marca (una cadena meramente deportiva) tiene un programa de cine (La Claqueta) . La Cadena SER (la primera radio española) no tiene ninguno.

Desde aquí darle las gracias a los geniales profesionales que han hecho posible un programa único en la radio española. Esta noticia es una mala noticia para ellos, para el mundo de los medios de comunicación y para cualquier amante del cine. Gracias por todo.

01 marzo 2009

La gente tal y como es

- Háblame de la lluvia - (Agnès Jaoui, 2008)



Con sólo tres películas (dirigidas por Jaoui) y un puñado de guiones, la pareja Agnès Jaoui y Jean-Pierre Bacri han calado como se comporta la clase media burguesa europea. En sus películas hay un fantástico estudio de cómo se interrelacionan las personas en la actualidad con dos ideas claves. Primero, todos nos dejamos llevar por los prejuicios que tenemos sobre los demás. Segundo, generalmente los demás nos importan un pimiento.

Háblame de la lluvia vuelve a los personajes hipócritas y prejuiciosos que jalonan todas las películas de Jaoui. Es verdad que todos tienen con su punto de ternura que hace que les acabemos perdonando toda su falsedad. Sabedores de que van a ser incapaces de lograr la perfección de Para todos los gustos y la complejidad de Como una imagen, Bacri y Jaoui se llevan a los personajes fuera de la ciudad. Con un espacio más bucólico como el campo la historia se centra en los tres personajes principales que interpretan, Agnès Jaoui (como siempre borda los personajes de cretina integral), Jean Pierre Bacri y Jamel Debbouze. Uno de los problemas de Háblame de la lluvia es que se centra demasiado en estos personajes y dejan a la deriva a muchos de sus secundarios desdibujándolos en muchas ocasiones. Por eso todo lo coral que tenía Para todos los gustos aquí se pierde y hace que ese fresco de la sociedad actual pierda varios puntos. Aún así el aroma Jaoui-Bacri está en todos los planos y diálogos. El reflejo de una sociedad basada en clichés y de personas que necesitan seguirlos para autoconvencerse de su existencia. Quizá Háblame de la lluvia sea algo inferior a Para todos los gustos y Como una imagen pero no deja de ser un excelente complemento de ellas.

Propongo ver de una tacada Para todos los gustos, Como una imagen y Háblame de la lluvia para comprobar como funciona la gente en esta sociedad occidental nuestra que hemos montado. Aunque no nos gusté lo que veamos (por mostrarnos tal y como somos) muchas veces acabaremos con una sonrisa en la boca.

. Nadie está en su lugar (Beatriz Maldivia, Blog de cine)

. Concierto para instrumentos desafinados (Julio R. Chico, La mirada de Ulises)

. Los placeres del campo (Anton Merikaetxebarria, El correo digital)