29 mayo 2014

23 fotogramas por segundo (Albert Monteys):
¡Para ti, que eres cinéfilo!


©Caramba
Aunque la carrera de Albert Monteys es larga me quiero centrar en la extraordinaria sección semanal ¡Para ti, que eres joven! realizada junto con Manel Fontdevila para la revista El jueves. Cada semana Monteys y Fontdevila se dedican a coger cualquier tema que se les pasa por la cabeza, analizarlo y desmontarlo a través de sus tópicos o exageraciones. Eso convierte a ¡Para ti, que eres joven! no sólo en las páginas más divertidas que uno puede leer sino una en la que cualquiera se puede reconocer. Cuando uno dice cualquier tema es...cualquier tema. ¡Para ti, que eres joven! ha tratado sobre ordenadores, parejas, restaurantes, horóscopos...cualquier cosa que a uno se le pase por la cabeza. Por supuesto el cine también ha pasado por las páginas de Monteys y Fontdevila. Todos recordamos cuando dedicaron esas dos ya clásicas páginas al cine independiente dejando perlas como su definición del cine de culto ese “que no ponen en el autocar Zaragoza-Madrid”.

©TheFunnyPages
Por todas estas razones fue una gran noticia la publicación de un cómic de Albert Monteys que trataría sólo sobre cine. 23 fotogramas por segundo es una recopilación de las páginas que Monteys dibujó para el diario del Festival de Gijón en 2012. editado por ¡Caramba! como si fuera un vistoso calendario horizontal que le da valor añadido al ya por si estupendo cómic. Quien conozca a Albert Monteys o ¡Para ti, que eres joven! se encontrará lo esperado (por fortuna). Los tópicos del mundo del cine exagerados, deformados y dados la vuelta bajo la divertidísima óptica del dibujante catalán. Y prácticamente todo lo relacionado con el mundo del cine aparece allí: desde el director ‘artista’ hasta el tuitero enfurecido. A uno le podría parecer que 23 fotogramas por segundo es un cómic corto. Es cierto que se lee en pocos minutos y que ‘sólo’ son veinticuatro páginas. Pero yo me apunto a la opinión sobre el cómic de Jordi Sánchez Navarro en su blog Los papeles del Club Zorglub. Aunque cada página doble es temática (una va sobre críticos, otra sobre trailers...) cada viñeta es un chiste independiente. Con lo cual le robo la cuenta que hizo Sánchez Navarro en su blog: 23 chistes por 11 once dobles páginas son 253 chistes. Una cantidad nada desdeñable. Eso sin hablar de la calidad de cada chiste. Al final la unión cine y Albert Monteys ha sido tan brillante como se esperaba. 23 fotogramas por segundo se puede comprar en la web de ¡Caramba! por 6 euros

21 mayo 2014

"La ficción hizo de mí lo que soy"
(Michi Huerta, autor de Libro de cine para regalar )


La educación que uno recibe cuando es sólo un niño es vital para lo que va a ser su vida futura. Y cuando uno habla de educación no se refiero sólo a la dada en la escuela o a la educación sentimental. Hay un tipo de aprendizaje que sólo nos dan los libros, cómics, discos o películas que consumimos. Michi Huerta (@Michihuerta), Profesor de Realización y estética del cine, Guion televisivo y Géneros audiovisuales de ficción en la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca y Coordinador del Máster de Guion de Ficción para Cine y TV, ha abierto el baúl de su recuerdos para contarnos la importancia de su relación con el cine desde que era un niño hasta el día de hoy. Libro de cine para regalar es un ameno libro publicado en formato ebook sobre la huella imborrable que deja en uno las películas que uno ve. Con prólogo por el director Rodrigo Cortés y a la venta en Amazon (2,68 €), iTunes (2,99 €) y Google Play (2,99 €) es difícil no sentirse identificado con las vivencias que cuenta este apasionado del séptimo arte. El propio Michi Huerta cuenta en Vivir Rodando algunas de las claves de su Libro de cine para regalar.

• En este libro cuenta parte de su vida vinculada a su relación con el cine. ¿Cómo de importante ha sido el cine en su vida?

La verdad es que no soy capaz de separar la vida del cine, los hechos vividos y los vistos forman parte por igual de la experiencia, sobre todo cuando los contemplas en retrospectiva. La ficción hizo de mí lo que soy y ahora, además, me permite pagar la hipoteca haciendo algo que me avergüenza llamar "trabajo" por muchas horas que me lleven la docencia y la investigación. Digamos, por resumir, que mi vida hubiera sido menos vida sin El hombre que mató a Liberty Valance, por citar una.

• ¿Cómo de necesario es que un niño tenga pronto una educación cinéfila? ¿El amante del cine puede serlo empezando tarde?
 
Para mí es imprescindible una alfabetización audiovisual desde la enseñanza primaria. Existe un lenguaje con el que se construyen la mayor parte de los discursos que nos rodean y cuya materia prima son las imágenes. No introducir eso en la escuela es de una irresponsabilidad superlativa, pues nos convierte en peores ciudadanos. Y el cine es la casa madre del lenguaje audiovisual, además de un arte tan legítimo y elevado como los otros que sí tienen su espacio en el sistema educativo. Por otro lado, si para el amor no hay edades cualquiera puede convertirse en un gran amante del cine por mayor que sea.

Libro de cine para regalar también es casi un libro de historia sobre la evolución en la forma de consumir cine (salas grandes, multisalas, Internet...). Y en el libro se nota que usted evoluciona como espectador sin perder la nostalgia por los inicios. ¿El cinéfilo está obligado a seguir el signo de los tiempos sin anclarse en el pasado?
 
Me vuelve loco el enunciado que antecede a la pregunta. Son dos de las frases más halagadoras que he escuchado en mi vida, ya que el objetivo del libro consistía exactamente en intentar lo que comentas. Así que prefiero no emponzoñar la cuestión con mis torpes palabras: la respuesta es "sí".

El cine es la casa madre del lenguaje audiovisual, además de un arte tan legítimo y elevado como los otros que sí tienen su espacio en el sistema educativo

• En el libro hay referentes de todo tipo desde Bud Spencer hasta Errol Flynn pero hay uno que se repite constantemente: John Ford. ¿Es imprescindible ser fordiano para amar totalmente el cine?
 
Ford es sagrado. Hasta los sacrílegos como Tarantino lo saben, por eso afirma que odia sus western, porque sabe que el viejo del parche es la referencia. Digamos que para "amar totalmente el cine" hay que conocer a Ford. Luego se puede renegar, pues hay quien elige equivocarse, pasa en todos los órdenes de la vida. De lo contrario no existirían seguidores del Barça. O no habría gente vegetariana. Pero el jamón de pata negra hay que probarlo. Y Ford es pata negra. Lo siento por divagar.

• Su labor como profesor también es importante en Libro de cine para regalar. ¿Es muy difícil enseñar algo tan extenso y popular como el cine?
 
Me parece una de las actividades más fáciles que he hecho nunca. Quizás la parte más complicada es sintetizar cuando las materias no cunden tanto como el inmenso patrimonio fílmico al que tenemos acceso. Eso y arremeter contra la falsa creencia de que "sobre gustos no hay nada escrito". Como decía un viejo catedrático "hay mucho escrito... lo que pasa es que casi nadie lo ha leído". Por otra parte, cada vez tengo más claro que yo "no enseño cine", como mucho intento contagiar mi pasión por sentir y estudiar el cine. Si lo consigo o no deberían contestarlo mis sufridos alumnos.

Usted tiene contacto con nuevas generaciones de amantes del cine y en el libro le vemos siendo también un joven amante del cine. ¿Qué diferencias ve entre estas nuevas generaciones y la suya?
 
Que yo tuve que ver las películas que echaba Televisión Española sí o sí. Soy hijo audiovisual de un monopolio. Y entonces, cuando no había esa supuesta libertad para elegir entre Belén Esteban o los tronistas no te quedaba otra que ver ciclos de Hitchcock, películas de piratas o alguna comedia de Lubitsch. Aquel monopolio dejó una base cinéfila importante en toda una generación que ni siquiera sabía lo mucho que se estaba llevando consigo. Hoy, en el supuesto paraíso de la elección, abunda el ruido y nada parece realmente importante. Eso sí, también es verdad que ahora tocas dos teclas del ordenador y tienes lo que deseas al momento. Y eso también me parece un fenómeno fascinante y revolucionario.

Una lectura amena y divertida, un precio asequible... Además de por esas virtudes, ¿cómo recomendaría a la gente que comprara un libro tan personal?
 
Gracias por los piropos, no sé si merecidos. En cualquier caso, el prólogo de Rodrigo Cortés ya es suficiente por sí solo… como todo lo que él hace. Casi me dan ganas de decir que yo sumo cien páginas de epílogo a las dos de prólogo que perpetra magistralmente uno de los tipos más brillantes que he conocido jamás.