29 mayo 2011

/ VR38 / Bud Spencer y Terence Hill

Hace muchos años el destino juntó a dos actores italianos que, en un principio, no tenían mucho que ver. Carlo Pedersoli y Mario Girotti cambiaron sus nombres por los de Bud Spencer y Terence Hill y comenzaron a protagonizar películas que mediante la simpleza argumental, los mamporros y un humor surrealista conquistaron a los espectadores de media Europa. No había que pedirle mucho a Le llamaban Trinidad o Y si no, nos enfadamos, sólo ver la cara de hastío de Spencer, la picaresca de Hill y el sonido de los mamporros para enganchar a toda una generación. Por eso el programa 38 de Vivir Rodando le dedica un homenaje a una pareja que nunca saldrá en ninguna lista sobre los mejores actores de la historia pero que sacaron las sonrisas a millones de espectadores y ahora son considerados iconos de la cultura popular. Y para hablar de un duo divertido y surrealista sólo se podía contar con otra pareja igual, Ángeles Gómez (creadora de Feedback y El Espacio) y Roberto Pascual (co-creador junto a Gómez del mítico espacio YSNNE). Golpes desde el cariño en este programa de Vivir Rodando.

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27 mayo 2011

Más grande que la ficción

- Senna - (Asif Kapadia, 2010)

Se dice que en esta época hemos perdido la intimidad y que todos nuestros movimientos están de alguna manera grabados...quizá por eso cuando vemos imágenes por televisión de personajes celebres nos parecen artificiales, como si estuvieran actuando. El gran punto de interés de Senna es el impacto que muchas de sus imágenes documentales tienen al mostrarnos al ídolo (y al mundo que le acompaña) como algo real y de carne y hueso. En una primera vista se puede acusar a Senna de ser un documental algo superficial que pasa de puntillas por la biografía del mito brasileño centrándose en la carrera deportiva. En realidad, la película ejerce de espejo de un personaje y de una época sin pretender ni enaltecer ni distorsionar cualquier imagen. Viendo la película sabemos que Ayrton Senna era de buena familia, intuimos su afición por el sexo femenino y sí que pone algo de énfasis en su aspecto religioso, vital para entender al personaje.

El principal atractivo es su exhaustivo trabajo documental. La gran virtud de Senna están en momentos la fuerza de esas explosivas reuniones de pilotos (impensables de ver ahora) o lo bien montado que está la mítica rivalidad entre Alain Prost y Ayrton Senna que elevó el status de la Formula 1. Y Asif Kapadia como si un maestro del puzzle se tratará realiza un documental a primera vista sobrio pero donde la la naturalidad y el realismo de sus imágenes tienen tanta fuerza que no hace falta ningún subrayado molesto. Ni siquiera en la muerte de Ayrton Senna se permite ningún tipo de exceso. Kapadia sólo necesita mostrar a la gente de Brasil y las personas que le acompañaron en su vida para mostrar la magnitud de la tragedia. No es Senna una pieza “artística” porque no lo necesita. Todo lo que necesitábamos saber de Ayrton Senna estaba en las imágenes.

. Ayrton Senna, el piloto de Dios (Jordi Costa, El País)

Resulta problemático y discutible afirmar que haya vidas tocadas por la gracia, pero Senna, documental casi hagiográfico construido a mayor honra y gloria del piloto brasileño Ayrton Senna, tres veces campeón de fórmula 1, parece demostrar que hay vidas dotadas de esa impecable construcción narrativa que exigiría el más dogmático e inflexible manual de escritura de guión

. Vida y muerte de un piloto (Carmen L. Lobo, La Razón)

Pero, a la postre, qué sabemos del chico generoso y de mirada tímida, además que fue un genio de las pistas, que ganó varias veces el título mundial, que el volante se transformó en amante y verdugo. Hay veces en que es mejor que el misterio les sobreviva
. Entre la épica y la idealización (Andrea Rodríguez Rodríguez, La Factoría del Cine)

Cabe destacar la valiosa documentación empleada que, a través de películas familiares y videos de archivo –desde las reuniones de los pilotos, pasando por entrevistas concedidas a las televisiones, hasta las grabaciones de las carreras-, el espectador llega a conocer las motivaciones, las preocupaciones y la visión del piloto sobre la forma de vivir el deporte

16 mayo 2011

Los mágicos y reflexivos años 20

- Midnight in Paris - (Woody Allen, 2011)

Midnight in Paris es una de las películas de Woody Allen que más éxito y conexión con el publico ha tenido en los últimos años. Y curiosamente es uno de las películas donde el director más y mejor ha reflexionado sobre su carrera, su arte y su vida. Ya con setenta y seis años y críticas (a menudo injustas) sobre lo previsible que se ha vuelto su trabajo Midnight in Paris parece un estupendo capricho personal. Allen deja reflexiones sobre el sexo o el matrimonio para hablar sobre la creación y preguntarse sobre su carrera siempre tan frenética con película al año. Ese personaje que representa con acierto Owen Wilson podría ser el mismo Allen reflexionando sobre si los años de Manhattan, Annie Hall, Delitos y faltas o Maridos y mujeres realmente fueron los de verdad. Donde a él le gustaría estar.

Y todo esta reflexión de Allen la reviste de un cuento mágico, en una ciudad de ensueño (eso si nunca cayendo en la postal barata) y con un juego de iconos culturales que es un homenaje a personajes vitales en la historia de la humanidad nunca cayendo en la pedantería fácil. Hay cariño y humor en todos los mitos que aparecen por Midnight in Paris. Es cierto que la película tiene partes con algún trazo grueso, chistes ya vistos y algunos excesos como lo excesivamente irritante que se vuelve el personaje de Rachel McAdams conforme avanza la película, irregularidad de Woody Allen que también pertenece al sello del director aunque sea en esta última fase. Midnight in Paris no deja de ser una reconciliación consigo mismo para intentar disfrutar de su recta final como director. Y no lo ha hecho con una película agresiva ni cínica sino con un bonito cuento alegórico. Y en su viaje ha logrado que le acompañe el público. Viejo zorro. 

. Magia parisina (Jesús Roma, Cinebulosa)

Bajo la apariencia de comedia romántica, Woody Allen nos envuelve por completo en su particular mundo, y con la premisa de una excitante carta de amor a una de las ciudades más bellas del mundo, se encarga de transformar dicha comedia en todo un compendio de cine de alto contenido intelectual, lo que nos permite viajar por mundos de ensueño sin apenas parpadear y nos permite reir sin complejos sin apenas perder la compostura

. Nadie faltó a la fiesta (Antonio Bordón, La Provincia)

Sencilla, pero muy crítica, emotiva, pero muy cerebral, Midnight in Paris nos ofrece en 90 minutos de salutífera diversión un Allen rejuvenecido, fiel a su idea del cine como ilusión, en el que la figura del artista deviene, una vez más, protagonista absoluto, dentro siempre de una caligrafía pulcra y tan marginal, en la vorágine del cine de montaje actual, como sus antihéroes

. Un viaje de ida y vuelta al amor (Julio R. Chico, La mirada de Ulises)

El director de “La Rosa Púrpura de El Cairo” sigue huyendo de la realidad porque no le satisface y porque el amor ideal sólo se encuentra en el imaginario del creador, algo que debe ser cualquier enamorado y cualquier artista, en cierto sentido: crear un universo donde todo cobre un sentido nuevo, donde las mismas palabras o las mismas notas musicales lleguen empapadas de sentimientos vivos y de encanto embriagador

07 mayo 2011

Exorcismos caseros

- El último exorcismo - (Daniel Stamm, 2010)

Daniel Stamm juega en El último exorcismo con el recurso de utilizar el estilo de falso documental para narrar esta historia de posesiones, exorcismo y terror. Y uno tiende a cogerle manía (en principio) a una película que se ha apuntado a esa moda que resulta un poco cansina. Por suerte El último exorcismo tiene elementos suficientemente interesantes como para cogerle cariño a una película hecha con bastante mimo y con un acertado sentido del ritmo. El principal elemento positivo es saber dotar de profundidad a su personaje protagonista, ese timador charlatán magníficamente protagonizado por el actor Patrick Fabian. El film logra que muchas veces que el efectismo de su trama inicial (la posesión de una eficaz Ashley Bell) quede en segundo plano para conferirle protagonismo a la historia del predicador y como se mueve en un mundo tan hostil como es el de la América profunda. Eso salva a El último exorcismo de caer en el olvido nada más acabar de verla.

No hay muchas sorpresas con el resto de El último exorcismo. Posesiones realizadas con bastante credibilidad, ambigüedad en su historia, alguna trampa innecesaria y un final más previsible que impactante. Pero todo con la sensación de película de terror pequeña y cercana que se ve con bastante agrado a pesar de ciertos lugares comunes y el empleo del falso documental. La culpa es de tener un director con pinta de artesano que ama el oficio y un protagonista carismático que logra darle otra dimensión al film.

. Bienvenidos al infierno americano (Jesús Palacios, Cine 365)

A pesar de que ya estamos hartos de cámaras en mano, de equipos de rodaje que perecen convertidos en protagonistas/víctimas de su propia película, de envoltorios seudo-documentales, que pretenden y raramente consiguen actualizar las viejas fórmulas del cine mondo y del shockumentary de toda la vida, El último exorcismo resulta una experiencia inteligente, ingeniosa y, más aún, genuinamente escalofriante en ocasiones

 . Una visita al lado oscuro de la piedad (Nando Salvá, Cinemanía)

Si El último exorcismo funciona es ante todo por su rechazo a construir suspense a partir de sustos baratos, optando en cambio por una serie de imágenes bizarras, resultantes muchas veces de una cámara fuera de posición, o desenfocada, o alejada de la acción

. El exorcismo sin fin (Gloria Ana Diez, Escribiendo cine)

Lo esencial aquí es que el estilo documental no busca generar el terror en el espectador mediante su inclusión en la realidad de la historia, sino desarrollar la trama de un modo más intimista para permitirle que ingrese a la psicología del personaje

03 mayo 2011

/ VR37 / Ovnis y extraterrestres

Al cine no le ha bastado con reflejar en las películas la vida en el planeta Tierra. Al séptimo arte siempre le ha interesado “los otros”. Visitantes de otros mundos que llegan a nuestro planteta con diversos fines (desde belicos a amistosos). Un tema tan irreal (¿o no?) que ha serido al séptimo arte para hablar de multitud de temas que no sólo se cirncscriben a la ciencia ficción ya que films  con ovnis o extreteterrestes han hablado de política, amor, guerra... Por eso el programa 37 de Vivir Rodando hace un recorrido por este basto tema para hablar sobre esos visitantes imaginarios que han proporicado una serie de imágenes e historias insreibles. Para ello contamos con Pablo Vergel (autor de No en Portland) que hablará sobre las lecturas que tienen este tipo de películas y que se ha convertido en un género en sí mismo. Un programa para hacer contacto con la gente de aquí...y la de otros mundos.

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