30 junio 2009

Joyas a reivindicar: James Bond contra Goldfinger. Bond, modélico Bond



Siempre que veía a José Luis Garci con sus amigos / colegas en ese (importante) programa que era ¡Qué grande es el cine! sentía envidia. No porque fueran todos muy listos, supieran tanto y pudieran fumarse hasta las colillas que dejaban en sus charlas. Sentía recelos porque todos hablaban de cómo su educación en cine había pasado por chuparse horas y horas de cine en pantalla grande viendo a los clásicos. Ya me imagino a un joven Garci yendo a las salas de un cine en el centro de Madrid para ver a los Hitchcock, Wilder o Ford. Y digo envidia porque yo soy de cultura televisiva. De cine en televisión ya que las películas con las que crecí las tuve que ver en la pequeña pantalla. Y dos que recuerdo que marcaron las vi a través del VHS de casa de mi tía (que en esos momentos era la leche) y con las que disfruté como un enano (cosa obvia pues no tendría más de diez años). Una era El imperio contraataca y no, no me convertí en un fan de Star Wars dado la ligera decepción que sufrí al ver que tanto La guerra de las galaxias como El retorno del Jedi no estaban a la altura. La siguiente película representaba otro paradigma del entretenimiento, todo un Bond. Para mí el más grande Bond de siempre. El de James Bond contra Goldfinger.

Es verdad que puede parecer que todos los Bond son iguales. Pero la clave está en como se cuenta la misma historia. No es lo mismo el Bond algo soso de Pierce Brosnan con el musculoso y torturado de Daniel Craig. Sí, hay chicas y acción pero no es lo mismo. Por eso de James Bond contra Goldfinger se puede decir que es modélica. Tiene un villano memorable como es Goldfinger / Gert Fröbe pero que es además tiene un ayudante de villano - esbirro todavía más memorable, Oddjob / Harold Sakata. Todos conocemos la capacidad mortífera que puede tener un sombrero gracias a su interpretación. Esta James Bond contra Goldfinger contiene una de las grandes muertes de la historia del cine, con esa Shirley Eaton bañada en oro en una mezcla imposible y genial de belleza y muerte. Una imagen que todavía no se me ha podido borrar de mi mente. Y es que hay cosas que a ciertas edades se te quedan para siempre.

En James Bond contra Goldfinger no sobra nada y todo es modélico. Empezando por un grandísimo Sean Connery que sabe como ser un Bond perfecto. Ya sea tomando una copa con su clásico smoking blanco o a punto de ser partido por la mitad por un rayo láser. Porque James Bond contra Goldfinger contiene alguna de las imágenes más icónicas de toda la serie. Y a pesar de ser la tercera película Bond se podria decir que este es el film del que bebieron todas las películas Bond que hizo Sean Connery. Porque James Bond contra Goldfinger es todo un modelo de cómo hacer de una mezcla con espías, mujeres, oro, villanos de fuera, asiáticos con mala leche, Honor Blackman (esos Vengadores), Shirley Bassey y acción, un ejemplo de un gran film de entretenimiento

16 junio 2009

Interpretaciones de cine: Diane Keaton (Annie Hall). La mujer del siglo XXI en 1977

 
Puede ser realmente descorazonador darle un vistazo a la filmografía reciente de Diane Keaton. Películas como Locas por el dinero, La madre de él o Porque lo digo yo logran que se te salte una lagrima, no por malas o buenas sino por ver a Keaton hacer el ridículo con unas sobreactuaciones ridículas. Y además representar a un arquetipo de mujer antigua, chillona y estúpida. Por eso ahora que la Keaton pasa por momentos difíciles en cuanto a “calidad cinematográfica” se refiere no se debe olvidar que ella fue el ejemplo de la mujer moderna y cosmopolita. Ella fue Annie Hall.
Aunque las comedias puras de la primera época de Woody Allen (Toma el dinero y corre, El dormilón, Bananas…) son muy, muy graciosas, el genio se dio cuenta que necesitaba dar un paso más. Contar historias que, como la vida en si mismo, podían ser divertidas o dramaticas pero abandonar el sketch por el sketch. Para esta primera aventura dramático/comica decidió hablar sobre sus temas de siempre (amor, sexo…) pero dándole un nombre de mujer. Y no uno cualquiera, la mujer alleniana por excelencia. 
 
Annie Hall es inteligente, moderna y viste de una forma peculiar. A simple vista es todo lo cool que uno puedo esperar de una mujer neoyorquina. Pero también es neurótica, absurda e insoportable. Puro neurotismo femenino alleniano. Para lograr que un personaje así no saltara por los aires Allen necesitba a su alter ego, Diane Keaton, el Allen femenino. Keaton utiliza una perfecta mezcla de comedia y drama para realizar un personaje que marca tanto. Es encantadora, comica pero sabe como ponerse imposible. La queremos y la odiamos. Sin saberlo (o sí) Woody Allen definió a la mujer moderna y actual. Alguien que rompre esquemas, que no le importa vestir como le de la gana pero también alguien neurótico y especial. Una modernidad femenina adelantada a cualquier tiempo, porque a su manera Annie Hall es una especie de heroína.
La modernidad de Annie Hall la llevo la propia Diane Keaton durante (casi) toda su carrera. Ella es esa mujer que viste como un hombre, cultivada, neurótica, bohemia, que hace lo que le da la gana cuando le da la gana. Y por eso todos nos enamoramos de ella. De ese binomio perfecto que eran y son Diane Keaton / Annie Hall.
 

11 junio 2009

Vivir Rodando recoge el segundo premio al mejor blog cultural concedido por la Universidad de Alicante



Vivir Rodando tuvo el honor de recoger el premio que le concedía la Universidad de Alicante hace unos meses. El reconocimiento era el segundo premio al mejor blog cultural que daba el Secretariado de Cultura de la UA dentro sus concursos anuales. Allí estuvimos todos los premiados en las distintas categorías que engloban artes como la narrativa hiperbreve, fotografía digital o la música en la red. Porque estos galardones evitan las categorías típicas y tópicas, buscando algo más, una renovadora creatividad cultural en estos nuevos tiempos extraños que vivimos hoy en día.

Primer Premio Fotografía Digital

Comiendo nieve, de Rosa Ros Márquez

Segundo Premio Fotografía Digital

Descansando en paz, de Jose Antonio Carrillo Andrada

Primer Premio Fotografía Analógica

Resignación, de Consolación Martínez Jiménez

Segundo Premio Fotografía Analógica

Isi fregando, de Miguel Ángel García Cabrerizo

Primer Premio Narrativa Hiperbreve

A las once de la noche, de Rodolfo Martínez Gras

Segundo Premio Narrativa Hiperbreve

Piedras, de Jesús Belotto Martínez

Primer Premio Blogs Culturales

El sabor de las cerezas, de Annabel Martínez Zamora

Segundo Premio Blogs Culturales


Junto a la ganadora del primer premio de blogs culturales, Annabel Martínez Zamora

Primer Premio Música en la Red

El acróbata, de Juan Francisco Navarro Linares

Mención Especial Música en la Red

Saorí, de Jesús Alemán Ruiz

Primer Premio Creación Audiovisual

¿Por qué explotan las palomas?, de Angel Puada Veloso



Agradecer a la Universidad de Alicante el premio que concede a Vivir Rodando y felicitar a los merecidos premiados de esta edición. En especial ala ganadora del primer premio de los blogs culturales, Annabel Martínez Zamora por El sabor de las cerezas. Ha sido un auténtico honor.

06 junio 2009

Finales de cine: Kill Bill: Vol.2. Morir con dignidad



En estas últimas horas medios serios, menos serios, amarillos y color sepia andan por saber las verdaderas razones de la muerte de David Carradine acaecida hace unos días. Parece ser que muchos apuntan a un cierto “juego sexual” pero eso da igual ya que haya más o menos pruebas, esta sociedad en la que vivimos ha encontrado una nueva historia para el morbo o el escarnio facilón. Y parece ser que en esta ocasión el cine volvió a ser más grande que la vida. Porque un director norteamericano había dado la oportunidad a Carradine, años antes de morir en la vida de real, de perecer en la pantalla grande. Pero como lo hacen los grandes, con dignidad y emoción. Quentin Tarantino le estaba dando la oportunidad de su vida a David Carradine en Kill Bill: Vol.2

Es muy respetable la gente que opina que Tarantino en un tipo brillante que sólo sabe rodar fuegos de artificio. Pero también puede ser una afirmación osada. Quentin Tarantino tiene cine en las venas y por tanto sabe como tocar la fibra en escenas de alto voltaje. Y la secuencia que comparten Uma Thurman y David Carradine en el film lo es. Dos personajes que se aman, se quieren, se odian y se quieren matar se enfrentan en un juego verbal y físico enfrente de una mesa. Una escena que representa el cine tarantiniano, diálogos a la cara y violencia plástica y elegante (ese duelo de espadas). De todas formas Tarantino se encontraba con un problema, ¿cómo acabar con un personaje cuya presencia era brutal en las dos partes de Kill Bill? La solución la encontró enseguida, se olvidó del gore, de la serie B, del spaguetti western... La respuesta era la dignidad.

Es emocionante (y más ahora) ver a ese muerto en vida que es Bill / David Carradine despidiéndose de Uma Thurman. Con amor (eres una persona estupenda) y furia (a veces eres una zorra). Y es tremendo ver como Carradine se arregla su traje y le pregunta si está listo para morir. Preparado, responde Thurman. Pero el momento que se nos debe quedar en la retina es ese Carradine caminando lentamente pero con paso firma hacia la muerte. Con una dignidad que sólo demuestran los que miran al final de frente. Propongo amigos y enemigos de Vivir Rodando que olvidemos la muerte real de David Carradine. Él murió hace cinco año en Kill Bill: Vol. 2. Su adiós era tan hermoso y digno que merece que le despidamos así.