25 abril 2010

Humildad, autoría y genialidad

- Fantástico Sr. Fox - (Wes Anderson, 2009)



Seguro que muchos detractores de Wes Anderson se frotaron las manos al ver que la próxima película del director sería animada. Las oportunidades de masacrar al marciano y extravagante Anderson se multiplicarían con un proyecto que seguro que era extraño y sin sentido. Los fans de Anderson, en cambio, dudar de que el director perdiera algo de su toque personal y que no supiera adaptar su mundo al de Roald Dahl. Pues que nadie se preocupe. Fantástico Sr. Fox es puro Wes Anderson y a la vez es accesible, luminosa y optimista. Humildad, autoría y genialidad son los culpables de que esta obra vaya a ser una de las mejores de la cosecha de 2010.

Humildad. Eres Wes Anderson, respetado director con un mundo propio y se te presenta un problema. Vas a adaptar la obra de un genio como Roald Dahl y puede ser que sientas la tentación de tapar el personal mundo de Dahl por mostrar tus ideas. La realidad es que Anderson ha sabido ser humilde y saber que lo primero es mostrar el mundo de Dahl. Tramas engañosas que bajo la imagen de historias con universos fascinantes e infantiles esconden personajes con terribles dramas humanos. No en vano, el Sr. Fox es un cabrón, ladrón y mentiroso que antepone su ego personal al bienestar de su familia. Anderson ha sabido encontrar un paralelismo perfecto entre su forma de ver la realidad y la de Dahl y ha realizado una película que gustara tanto a niños como a mayores. Una de las mejores adaptaciones gracias a que Anderson ha pensado antes en Dahl que en si mismo.

Autoría. Que nadie se lleva a engaño esta es una película de Wes Anderson. Familias disfuncionales, adultos que no quieren crecer, humor marciano... Fantástico Sr. Fox es tan Anderson como Los Tenembaums. Una familia de genios o Academia Rushmore. El mérito de este film es que es un film con varias capas. Un niño puede gozar con las aventuras de unos simpáticos animales, un adulto entendera las dobles lecturas y el humor negro de la historia y un amante del cine podrá ver un film de Anderson. Buena y acertada música rock y pop, ritmo vertiginoso, diálogos entre absurdos y geniales y, para rematar, color mucho color. En este caso un color ocre que nos remite a las ilustraciones de cualquier libro infantil. Como he escrito antes, Wes Anderson ha sabido dejar su mundo personal utilizando otro fascinante mundo personal. Y encima en una película tan deliciosa que puede encandilar a cualquier espectador. Hay que ser muy bueno para hacer eso.

Genialidad. La utilización de la stop-motion para Fantástico Sr. Fox podía generar dudas que , afortunadamente, desaparecen en el primer minuto. Esa técnica le da un sabor clásico a todo el film que crea una unión perfecta con el mundo de Anderson. Los movimientos de los animales, algunas escenas soberbiamente resueltas (la pelea de la rata con el Sr. Fox en las alcantarillas)...hace que cada momento de la película te deje con la boca abierta. Porque Fantástico Sr. Fox es en si misma una obra genial, personal y lucida que hace que creas que el cine todavía te puede maravillar. Wes Anderson, Roald Dahl, Alexandre Desplat, stop-motion... tantas palabras y nombres geniales juntos sólo podían crear una obra única.

. Zorruno "savoir faire" (Javier Cortijo, ABC)

"Un precioso y preciosista troquelado artesanal basado en una fábula de Roald Dahl donde, sorpresa, encontramos en fila india casi todas las claves, guiños, estiramientos de meñique y dulces extravagancias que presiden su cine desde siempre y, sorpresa doble, comprobamos que a sus tradicionales detractores les encanta."

. Artesanía e imaginación (Sergio Román, Cinebulosa)

"Emoción, aventura, acción, y un cuidadísimo humor inteligentemente posicionado se mueven al son de una familia de zorros que luchan por marcar su territorio huyendo de las pautas dictadas por el destino en busca de un hábitat más saludable."

. Fantasias animadas de subsuelo (Noel Ceballos, Cine 365)

"Brillante y conmovedora, Fantástico Sr. Fox es una de esas obras a las que uno les gustaría irse a vivir."

22 abril 2010

/ VR25 / La trilogía del dólar / Spaguetti western

A su manera Sergio Leone cambió la historia del cine. Cogió el género más clásico de todos (el westen) y le dio la vuelta convirtiéndolo es una sucesión fascinante de imágenes de violencia, humor y mucho cine. La Trilogía del Dólar y el spaghetti western supone una parada indispensable en la historia del cine y para explicarnos lo importante que fue Vivir Rodando recluta a dos grandes, José Carlos Lledo y Patricio Vidal (creadores del programa de culto “El bueno, el feo y el malo”). Un western diferente en Vivir Rodando.

Para escuchar o descargar el programa pinchad en:

11 abril 2010

Series de cine: El ala oeste de la Casa Blanca. La métrica del poder



Al revés que en el cine en la series el termino autor es poco utilizado. Aunque esa tendencia está cambiando, el menudo de la televisión siempre ha dado la imagen de ir pasos atrás que otros artes como el cine y la pintura. Y en realidad es algo bastante injusto porque, por poner un ejemplo, Valerio Lazarov podía ser considerado un autor independientemente que gustara más o menos lo que hacia. Pero si alguien puede ser considerado un verdadero autor dentro de la televisión es Aaron Sorkin. El guionista y dramaturgo creo y elaboro una de las obras cumbres de la historia de la televisión, El ala oeste de la Casablanca. Y el termino crear nunca tuvo tanto sentido ya que escribió desde la primera a la última letra de los guiones de la serie, controlando cada coma y el ritmo de cada frase. Lo hizo hasta que el estrés y las drogas tuvieron que dejar la serie en otras (y sabias manos) en sus últimas temporadas. Y la verdad es que aunque ese control no iría bien para su salud sí lo hizo para El ala oeste de la Casablanca ya que estamos antes una de las ficciones más apasionantes y mejor escritas jamás vistas en televisión o en cine

Porque El ala oeste de la Casablanca es lo que indica el título ni más ni menos. La vida diaria en el lugar de trabajo del hombre más poderoso del mundo. Pero la gracia de todo esto es que no se centraba en la vida y milagros del presidente de Estados Unidos. Es más, aquí este personaje (interpretado por Martin Sheen) es un secundario de lujo. Sorkin se centra en los personas que realmente dominan el mundo (aparte de los grandes empresarios), los que rodean al presidente, sus consejeros, los trabajadores de este ala oeste. Y la serie no pretende ni magnificar ni empequeñecer la historia, aquí lo que importa es el día a día de estos trabajadores, y si la trama es la aprobación de una ley sobre impuestos en el Congreso, ese es el argumento. Pero la clave está en cómo contar las cosas y en eso Sorkin es un maestro. Unos diálogos largos y de ritmo infernal (esos duelos Janel Moloney contra Bradley Whitford de las primeras temporadas) hacían que hasta el más mínimo detalle de la serie resultara apasionante. Es más, el peligro de sentirte acomplejado ante tal nivel de inteligencia que ves en pantalla es alto.



Los diálogos de Shakespeare necesitaban grandes actores para recitarlos. Lo mismo sucede en El ala oeste de la Casablanca. El gran nivel dialéctico sólo podía contar con un reparto de altura. Y estamos ante una de las mayores exhibiciones actorales que se hayan podido ver. De la serie, que no tenia un protagonista claro, destacaba ese quinteto de la muerte formado por Allison Janney (¿alguien me va a vender que Meryl Streep es mejor actriz que ella? Entonces, ¿por qué no es una superestrella con veinte nominaciones al Oscar?), Richard Schiff (cuantas cosas podía decir con apenas un par de gestos), John Spencer (descanse en paz, maestro), Bradley Whitford y Rob Lowe. Aunque la serie contó con grandísimos actores ese quinteto estableció una química que sintieras cercanos a esos hombres tan poderosos.

Con la baja de Sorkin siempre se ha dicho que la serie bajo de calidad cuando quedo en manos de John Wells. Lo siento pero no es mi opinión. Las cinco temporadas de la serie son de matricula de honor dejando un cum laude para la séptima. Va de un joven congresista hispano (Jimmy Smits, soberbio) que intenta convertirse en presidente de los Estados Unidos venciendo a un veterano republicano (Alan Alda, más soberbio todavía) y con un programa electoral arriesgado con un plan de educación revolucionario. ¿Suena de algo? A lo mejor si cambiamos las palabras negro por hispano, al veterano republicano le ponemos el rostro de John McCain y en vez de plan de educación sea de sanidad obtengamos algo que nos resulte familiar. Otro de los motivos de la grandeza de El ala oeste de la Casablanca. No sólo hacer de la realidad algo apasionante sino ejercer de pitoniso del futuro. Otro motivo más aunque sí hubiera que escribirlos todos acabaría siendo un documento tan largo como la constitución estadounidense. Sólo hay que decir, gracias señor Sorkin. Autor Sorkin, mejor dicho.