31 diciembre 2008

Las mejores películas del 2008





























 
¿Tropic Thunder por encima de obras como Wall-E: Batallón de limpieza o Pozos de ambición? Antes que me pongáis de loco o ignorante me explicaré. El cine al final es cuestión de visceras y sensaciones. Y donde más he disfrutado este año fue en una sala de cine viendo Tropic Thunder. No la ví tan irregular como otras personas. Disfruté como un enano de ese carrusel de humor en estado puro. Y al final todo va de eso, de disfrutar. Y también fue emocionante las visiones de dos obras para ver en pantalla grande como son Wall-E: Batallón de limpieza y Camino.

Fuí a ver al cine Pozos de ambición tarde. Cuando el fervor de las primeras semanas había pasado y muchos ponían en duda los excesos de Anderson en la película. Por lo cual fuí a ver que pasaba. Y pasó algo grande. Exceso mucho pero del bueno. Anderson logra que la densidad del petróleo acabé pasando por encima de ti. Igual pasó con Los cronocrímenes. Vigalondo tenía muchas cosas en contra. Una historia para no tomarse muy en serio, escaso presupuesto.... Y todo se subsana con inteligencia y pasión. En Los cronocrímenes se ve una historia sin complejos que te atrapa al instante olvidando todos los posibles defectos que pueda tener.
 
Y también han sido grandes Hacía rutas salvajes, No es país para viejos, Gomorra,Il Divo, Hellboy 2: El ejército dorado, Juno, Rebobine, por favor, El caballero oscuro... Pero ya sabemos, si se hiciera una lista mañana sería diferente. También hay que recordar las películas no-vistas. Films que gente con criterio está alabando y por razones de todo tipo uno no ha podido ver. Como Antes que el diablo sepa que has muerto, Expiación, 4 meses, 3 semanas, 2 días....

Y en unas horas 2009. La cuentra atrás acaba de comenzar.

En años anteriores...

2007 - ZODIAC (David Fincher)

25 diciembre 2008

Finales de cine: Lost in Translation. Bill Murray despide a Scarlett Johansson...y al 2008



Las personas que lograron ver clásicos indiscutibles como El apartamento, Centauros del desierto o Con la muerte en los talones en el momento de su estreno y en pantalla grande son personas afortunadas. Pero yo también me considero una persona con suerte por haber visto en el cine lo que, para mí, son clásicos contemporáneos que pasaran a la historia como Zodiac, Brokeback mountain u ¡Olvidate de mí! . Son films que sabes que son especiales, únicos y que sabes que es un privilegio poder verlos en el momento de su estreno. Esa sensación tuve con esa maravillosa historia de amistad, complicidad y, quizá, amor que rodó Sofia Coppola, llamada Lost in Translation. Y es especial por muchos motivos, uno de ellos su final. Sencillo, emotivo y perfecto como pocos.

Debo reconocer una cosa. Aunque salí entusiasmado de ver Lost in Translation la primera vez que la ví no me convenció su final. Pensé que una película tan extraordinaria no debía tener un final tan soso. Cometí un error mayúsculo y me dí cuenta al verla al año siguiente. Una escena tan sencilla como esa es tremendamente compleja, por lo que cuenta y lo que no, por lo que se ve y lo que no. Tenemos el rostro emocionado de Scarlett Johansson (nunca estuvo ni estará tan hermosa como aquí), el porte digno de Bill Murray, el susurro que le dice él a ella, la multitud que pasea sin mirarse a la cara, la inmensidad de Tokio y la canción... ay, la canción. Este final, e incluso todo Lost in Translation, no sería lo mismo sin el ritmo ni la música de The Jesús and Mary Chain y su Just like honey. Podemos quedarnos con algún detalle del final o con todo. Eso da igual, porque Coppola nos deja elegir. Como no sabemos que es exactamente la relación entre Murray y Johansson tampoco debemos saberlo todo. Sofia Coppola sólo nos muestra sentimientos y sensaciones, el resto es para nosotros. Por eso Lost in Translation es más que una película. Es un conjunto de sensaciones embutidas en un film arrebatador y sensacional con un final a la altura de esas emociones.

Y como Bill Murray despide a Scarlett Johansson yo despido este año 2008. En realidad todo esto es anecdótico. El 31 de diciembre a las 23:59 es el mismo día que el 1 de enero a las 0:00. Pero si le ponemos de fondo Just like honey y pensamos en el rostro de Scarlett Johansson seguro que es algo especial. Por eso le podemos susurrar a 2008, gracias y hasta la próxima.

21 diciembre 2008

2008, momentos de cine para el recuerdo



. La escalofriante interpretación de Javier Bardem en No es país para viejos. Mucho mal rollo...del bueno.

. Las estimulantes y sorprendentes victorias de La Soledad, en los Premios Goya y No es país para viejos, en los Oscars.

. Ese fantástico homenaje al humor (negro, blanco, fácil, inteligente...) que es Tropic Thunder
. Il Divo y Gomorra. Dos caras de la misma fascinante moneda. Un realista y trepidante fresco sobre esa Italia que amamos / odiamos.

. La emocionante poesía animada de Wall.E: Batallón de limpieza, especialmente su legendaria primera hora.

. La exhibición actoral de todos los intérpretes de Camino (Venancio, Camacho, Vellés...) , destacando a una perfecta Carmen Elías. Pese a quien pese los actores españoles son los mejores de Europa.

. La vis cómica de la imprescindible Frances McDormand en Quemar después de leer. El resto del reparto (Clooney, Pitt, Malkovich...) no se quedo atrás.

. La furia de Penélope Cruz y la maravillosa revelación de Rebecca Hall en la irregular Vicky Cristina Barcelona.

. El buen trabajo de los hermanos Nolan, para armar un mainstream como El caballero oscuro de un guión de hierro.

. Infalible Guillermo Del Toro. Entretenimiento asegurado con Hellboy 2: El ejército dorado.

.Momentos antifolk. La recuperación de los imprescindibles de The Moldy Peaches gracias al éxito de Juno
(ejemplificado en la soberbia escena final de la película). De Juno destacar unos intérpretes en estado de gracia (Page, Bateman, Garner, Janney...)

. El amor al cine de Michel Gondry en Rebobine, por favor

. La negra intensidad de Paul Thomas Anderson en su Pozos de ambición

. Los nulos prejuicios y complejos de Nacho Vigalondo en su estupendo debut con Los cronocrímenes.

. Y para finalizar algo para el ego. Lo mucho que he disfrutado con el nacimiento de Vivir Rodando (el programa de radio y el blog, ambos inseparables) Agradecer a todas las personas que me han ayudado a sacar adelante este proyecto.

Un lujo haber podido vivir estos momentos en 2008. Y en 2009 vendrán Fincher, Tarantino, Almodóvar, Van Sant... Esperemos que este año sólo haya sido un borrador del que viene.

14 diciembre 2008

Joyas a reivindicar: Un final made in Hollywood. Ensayo sobre la ceguera hollywoodiense

Tras la prodigiosa Acordes y desacuerdos (¡vaya interpretación de Samantha Morton!) las películas de Woody Allen entraron (o están) en una época extraña. Seguían siendo muy interesantes pero se dedicaban a dar bandazos sin lograr ser completamente redondas. Ahí están la aburrida Granujas de medio pelo, la simpática La maldición del escorpión de Jade, la interesante (pero algo sobrevalorada) Match Point... Y por ahí pulula una película rara y extravagante que tiene más cosas de las que en un principio parece, Un final made in Hollywood.

Un final made in Hollywood tiene una genial premisa. Un director, conocido por sus extravagancias, se queda ciego temporalmente mientras rueda la película que debe relanzar su carrera. Para evitar que lo despidan decide ocultar este hecho rodando la película completamente ciego. Cuando la vi por primera vez pensé que Allen había desaprovechado esta estupenda historia. Viéndola de casualidad uno de estos días, me he dado cuenta que hay más en el film. Bajo su apariencia de comedia ligera (hay momentos realmente divertidos) Allen reflexiona sobre lo que es el cine. El de Hollywood, el de autor, el suyo...

El cine se ha convertido en una pose en si misma. En Un final made in Hollywood se contratan directores de fotografía asiáticos por razones “artísticas”, las jóvenes actrices intentan acostarse con los directores, los productores sólo buscan la taquilla... El que controla todos estos tópicos hollywoodienses en el film es una persona ciega. Y nadie se da cuenta. Simplemente porque el cine se ha convertido en una maquina industrial donde el artista o el creador no importa. Ya se dice en la película: “¿Qué más da que estés ciego? ¿No ves las películas qué se hacen actualmente?” Además Un final made in Hollywood tiene en su final uno de los más divertidos ataques que se han hecho contra la industria cinematográfica norteamericana. El director tras haber rodado una película desastrosa sólo encuentra consuelo en el gran recibimiento que tiene en Francia, donde se convierte en un film de culto. Por supuesto inmediatamente se va a vivir allí. ¿Es un ataque contra la industria cinematográfica norteamericana? ¿O se ríe de nuestra Europa que a veces tiene ganas de ser la más cool, moderna y pedante?

Un final made in Hollywood no es redonda. No es Zelig, ni Días de radio, ni ninguna de las redondas obras allenianas. Tiene errores clamorosos. Su reparto (¿Téa Leoni, Debra Messing y Tifanny Thiessen en la misma película?) o como la película se desinfla poco a poco. Pero esa irregularidad le da al film un aire interesante. Un final made in Hollywood habla del mismo Woody Allen en el cine USA actual. Un autor ciego que no sabe por donde pisar, ni que camino tomar. En la película Allen emigra al final a Francia. En la vida real lo hizo (de forma parcial) a Inglaterra y España. Un final made in Hollywood es Woody Allen.
Y si no os convencen los argumentos siempre podéis acudir a las perlas allenianas. Un final made in Hollywood tiene una de las mejores. "Hablar es el precio que hay que pagar para llegar al sexo". Grande Woody.

09 diciembre 2008

Finales de cine: Alta Fidelidad. Cuando Marvin Gaye se reencarnó en Jack Black



Mucha gente odia a Jack Black. Por muchas de sus interpretaciones, digamos, excesivas .Yo no estoy en ese grupo. Me gusta el vigor que Black demuestra en su interpretación en la estupenda Escuela de Rock o su capacidad para trabajar con directores como Tim Robbins o Michel Gondry. Pero mi defensa de Jack Black viene de lejos ya que hizo que se produjera un milagro en el film Alta Fidelidad (otra adaptación de Nick Hornby queridísima Auster) . Cuando resucitó durante unos minutos a una leyenda de la música, nada menos y nada más que a Marvin Gaye.

Muchos creerán que Black está insoportable en esta película. Yo lo veo como un punto carismático a ese sensacional protagonista que es John Cusack (¿alguien sabe porqué ni Black ni Cusack fueron nominados al Oscar?) . El personaje de Black está en su salsa: grita, se excede, insulta... Para, como en un buen truco de magia, sorprendernos a todos al final. Al final del film de Stephen Frears, John Cusack presenta la actuación de Jack Black con miedo creyendo que hará el ridículo en el escenario. Que surgirá el Black excesivo y ridículo. El mismo miedo y prejuicio que tienen muchos amantes del cine con el actor norteamericano. Y de repente llega lo sobrenatural. Como en un posesión diabólica...no, diabólica no, angelical diría yo... Black se transforma. Alguien ha poseído su cuerpo y su alma. Un alma negra, la de Marvin Gaye. Black entona la maravillosa Let’s get it on como sólo se puede hacer. Con ritmo, amor, respeto,voz y pasión...mucha pasión. Tanta que el desconfiado John Cusack se une a toda la gente que hay en la sala para bailar.

Una película como Alta Fidelidad que destila amor por la música por sus cuatro costados sólo podía tener un final donde apareciera Marvin Gaye. Eso si, reencarnado como Jack Black.

07 diciembre 2008

Series de cine: Es mi vida (My so-called life). Inteligente y fugaz crónica adolescente

La gente se queja de lo desastrosa que es la juventud de hoy en día. Apática, inculta y sin nada bueno que ofrecer. Ahora hagamos una cosa, demos un vistazo a las series o películas que quieren reflejar la juventud actual. Física o Química, HKM, Crepúsculo... Un panorama desolador. Reflejan unos personajes absurdos, vacios e idiotas. Los jóvenes no encuentran modelos que intenten retratar a una juventud que eviten todos los topicazos que rodean a los adolescentes. Una generación que necesita una Es mi vida. Es mi vida (o My so-called life) fue una serie norteamericana cuyo argumento era para echarse a temblar. Vemos la vida de una chica adolescente con sus amigos, su familia, en el instituto... Y por la serie pululan todos los personas “típicos”: el chico guapo, el raro marginado, la chica alegre... Vamos que no auguraba nada bueno. Craso error. Es mi vida era un ejemplo de cómo debemos quitarnos los prejuicios de encima. La serie tiene muchos lugares comunes pero la diferencia residía en el tratamiento de ellos. Era una ficción inteligente, bien escrita y mesurada. Los personajes no eran unidimensionales ya que ser adolescente no significa no tener problemas o que los que tengas es que “tu novio o novia ha cortado contigo”. Eran personajes realmente creíbles. Otra de sus virtudes era la sensibilidad con que contaba las relaciones entre los personajes. Sin caer en la estupidez o lo falso, Es mi vida podía narrar como su protagonista se enamoraba de un chico sin que se te cayera la cara de vergüenza. Simplemente poniendo un poco de sentido común. Sexualidad (aparecía un joven personaje bisexual), conflicto padres e hijos, marginación social... Es mi vida habló de todo lo que te encuentras cuando empiezas a tener conciencia de en que mundo estás viviendo. Sin estridencias ni tonterías. Quizás por eso la serie fue cancelada a las primeras de cambio. A pesar de que cultivó una serie de fans incondicionales Es mi vida era quizá demasiado madura y bien hecha. Ni Claire Danes ni Jared Leto han sabido aprovechar del todo el tirón y el culto que ha tenido la serie. Sorprende el hecho de Leto, cuyo personaje Jordan Catalano (uno de los mejores nombres de la historia de la televisión) llegó a ser un pequeño ídolo para jóvenes adolescentes. En un mundo perfecto Es mi vida volvería a ser emitida en vez de algunas de estas series que intentar reflejar una juventud tópica a más no poder. Quizás los mismos jóvenes no querrían emular a alguno de estos estereotipos. Y la sociedad y el buen gusto saldrían ganando.

03 diciembre 2008

Y si no, nos enfadamos. Cine y mucho más



He tenido el placer de visitar hace unas horas la grabación de uno de los mejores programas de la Radio UMH, Y si no, nos enfadamos. Oír el programa es entrar en un mundo distinto. Un maravilloso cambalache de humor, moda, cultura (alternativa y no)...y cine. Mucho cine, del bueno, distinto y diferente. Ya sabéis, Y si no, nos enfadamos, todos los meses los jueves de 11:30 a 12:30. Mañana tendréis un programa más a vuestra disposición.