23 octubre 2010

Sobrevivir en territorio ajeno

- La otra hija - (Luis Berdejo, 2009)

Sería obligatorio que tras el pase de La otra hija se pasara un DVD con la rueda de prensa que dio su director, Luis Berdejo, en el pasado festival de Sitges. Podía parecer la típica rueda de prensa pero Berdejo (un tipo muy inteligente) dejo frases que si te parabas a analizarlas entendías como había sido su experiencia trabajando en Estados Unidos. El director vino a explicar que La otra hija había sido un master pagado en la meca del cine y uno podía comprender que Berdejo ha hecho lo que ha podido con lo que le han dejado. Y todo eso se nota en la película.

La otra hija tiene muchos puntos en contra. Durante su metraje nada sorprende en el argumento y no hay elementos creativos de interes que ayuden a pensar que La otra hija va a ser una gran experiencia cinemtografica. Como película de genero de manual la película transcurre con una placida sobriedad que no molesta pero tampoco sorprende. La interpretación serena (hierática también) de Kevin Costner va en consonancia con una película cuyo misterio no interesa lo suficiente. Pero si vamos más allá de los aspectos negativos de La otra hija uno se da cuenta de un aspecto clave en una película. La otra hija no aburre. Y es ahí donde sale el talento que si que tiene Luis Berdejo. Sabiendo que no es exactamente “su película” y que dirigir en Estados Unidos es estar en una posición privilegiada, Berdejo aprovecha la oportunidad. Monta La otra hija como una película clásica de genero con una gran sobriedad y dignidad. No hay gran originalidad pero tampoco excesos. Berdejo es tan listo que hace que La otra hija sea un interesante drama familiar (norteamericano, claro) que habla sobre las relaciones entre hijos (adolescentes con todos sus cambios hormonales) y padres (perdidos). Para ello se apoya en la interprete más talentosa del reparto (Ivana Baquero) dejándola a sus anchas y permitiendo que se coma a su padre ficticio, Kevin Costner. Luis Berdejo da una lección de cómo sobrevivir trabajando en territorio ajeno manteniendo un halo de dignidad. En la rueda de prensa de Sitges, Berdejo dijo que el próximo proyecto que rodara le gustaría que “fuera con un guión suyo”. Se lo ha ganado. 

. Ya soy mujer...insecto (Fausto Ferández, Cine 365)
Berdejo le suma una ambientación de cuento de brujería, muy de la escuela druídica (otro referente más en la trama) británica, ribeteada con lo que vendría a ser la doméstica variante de films con hijos o hijas deambulando por la locura y el instinto homicida

. El otro cine (Juan Pairet Iglesias, El séptimo arte)

Como otras tantas cintas, la profesionalidad con la que está resuelta 'La otra hija' está fuera de toda duda y su factura técnica resulta intachable, si bien se le puede achacar falta de imaginación y valentía en su puesta en escena, así como no ser capaz de rematar algunas secuencias con el necesario golpe de gracia que dote de consistencia a las mismas

. Berdejo apunta maneras pero se pierde en el bosque hollywoodiense (Javier Ruiz de Arcaute, Las horas perdidas)

El problema es precisamente que entre limitaciones, negociaciones y un guión interesante en su planteamiento, pero pobre en su desarrollo, la película se queda a medio camino de muchas cosas sin decantarse por una concreta, y con la terrible sensación de estirarse demasiado para encajar en el formato de largometraje

21 octubre 2010

"Se habla muy poco del papel de la mujer en la Guerra Civil" (Mikel Rueda, director de Estrellas que alcanzar)

Decir que Mikel Rueda es alguien nuevo en el mundo del cine sería mentir. En su haber tiene más de diez cortometrajes que le han hecho coger experiencia para poder iniciar la gran aventura de dirigir un largometraje. Esta primera aventura se llama Estrellas que alcanzar que se estrena este viernes 22 de octubre en España y narra una historia oscura de la Guerra Civil, la situación de las mujeres durante el conflicto. Grandes olvidadas que ahora la película de Mikel Rueda rescata

¿Cómo surgió la idea para realizar Estrellas que alcanzar?

Digamos que la película me llega de encargo. Yo presenté un guión mío a Baleuko (la productora) y al leerlo me dijeron que les gustaba y que querían hacerla pero que en esos momentos tenían una idea entre manos que querían desarrollar. Y me la propusieron. Después de documentarme varios meses acerca de lo que ocurrió en aquel lugar, decidí ponerme al mando del proyecto y dirigir la película. Si que es verdad, que al principio no sabíamos qué iba a salir de todo aquello, porque no teníamos claro el formato pero lo que la productora tenía claro es, que querían a alguien joven al frente del mismo. Querían alguien completamente ajeno, para poder alejarse de los hechos y contarlos desde fuera. Y es verdad, que al hablar de cine es muy difícil hablar de objetividad, ya que en el mismo momento en el que sitúas la cámara en un determinado lugar, estás sesgando la realidad pero sí que he intentado que los personajes hablen por sí mismos y que sean sus hechos los que les juzguen.

Uno de los temas de Estrellas que alcanzar es el trato a las mujeres republicanas durante la guerra civil. ¿Cree que las mujeres en esta guerra han sido olvidadas?

Es curioso, porque efectivamente se ha hablado mucho del papel del hombre en la guerra, de los maestros, artistas... pero muy pocas veces hemos oído hablar del papel de las mujeres, y más concretamente del de las madres. Y es que en aquella época, la sociedad vivía marcada por lo masculino era el hombre el que iba a la guerra, el que decidía lo que se hacía y lo que no y las mujeres se quedaban en casa. Y a su cargo quedaba algo mucho más importante que todo lo demás: la educación de las generaciones venideras. Y precisamente esa educación es la que quiso cargarse de raíz una parte de este país. Quisieron hacer desaparecer unos valores y unas maneras de entender la vida que se oponían por completo a las suyas. Y por eso es importante esta película, porque rinde homenaje a esas mujeres que no se callaron, que supieron seguir adelante cuando no había nada a lo que agarrarse.
  
El proceso de documentación debe haber sido clave. ¿Aprendió mucho durante el proceso de Estrellas que alcanzar?

La verdad es que sí. Yo conocía muy poco acerca de lo ocurrido en las cárceles de mujeres. No tenía ni idea, como muchos otros, de la desaparición de niños y su posterior movimiento en adopción a familias falangistas. Pero sobre todo de donde más he aprendido ha sido del contacto directo con las expresas que aún siguen vivas. Son un documento vivo de lo que allí sucedió... y fue gracias a ellas, que pude impregnarme de esa verdad que necesitaba la historia para ser real y llegar a la gente.

16 octubre 2010

Una vida mejor

 - La red social - (David Fincher, 2010)

Una de las razones del fracaso comercial de esa obra maestra que es Zodiac es que el público entendió que era una película sobre un asesino. La realidad es que el asesino era una excusa para hablar del vacío del ser humano, de la sobreinformación como tortura para el ciudadano de a pie... Y en La red social, David Fincher vuelve a hacer lo mismo. Facebook supone la excusa para volver a hacer una afilada radiografía del lado más oscuro del individuo. Y nunca mejor dicho porque la película es un retrato de la individualidad, de la lucha contra lo impuesto, la sociedad...y, a veces, contra uno mismo.

La red social podía haber sido una película barato sobre buenos (Eduardo Saverin, Cameron Winklevoss, Tyler Winklevoss, Divya Narendra...) contra malos (Mark Zuckerberg, Sean Parker... ) Pero si se analiza el cine de David Fincher y la obra de Aaron Sorkin podemos ver que sus personajes siempre son retratados en el filo de la ambigüedad. En la película se podria definir a Mark Zuckerberg como un antihéroe nihilista. Pero heroe al fin al cabo. Individuo que lucha contra los ricos, cachas, triunfadores por herencia... que cree que tiene derecho a aspirar a una vida mejor. Un Robin Hood que roba a los ricos...para darselo a él mismo. Ahí es donde radica la fuerza de La red social. En la velocidad de sus dialogos, los encuadres perfectos, el montaje maestro...hay un contenido donde nada se da por supuesto y deja al espectador la sensación de que el ser humano puede ser cruel en sus errores como perdonable por ellos mismos. La red social no va exactamente (como se podía suponer) de sexo, drogas, dinero (el vil metal es irónicamente despreciado en el film) o ambición desmedida. Ni siquiera creo que sea el retrato de una generación. La red social podría ser exportable a cualquier época o estado del ser humano. Con un estilo cercano al Bret Easton Ellis (pero nunca llegando a su autismo emocional) la película llega con brillantez y sin exceso al fondo del ser humano. El que no se resiste a andar por el camino que le han marcado. Aunque deba dejar la poca alma que uno tiene.

La red social es el retrato de un antihéroe nihilista que aspira a ser mejor aunque para ello tenga que vender su (casi nula) alma

Es verdad que La red social es Fincher en estado puro. Pero el maestro es tan bueno como listo. Porque La red social es una especie de All Star donde cada elemento se ha juntado con el otro para lograr un conjunto sin fisuras. En la película tenemos los eternos diálogos de Sorkin, el talento visual de Fincher (una competición de remo que podría pasar a la historia del audiovisual), la música acertadamente ensordecedora de Trent Reznor y Atticus Ross y la interpretación magistral de Jesse Eisenberg. Todos aportan su grano de arena para crear una obra tan descomunal como sutil. Sólo hay que ver los breves pero certeros retratos femeninos de los personajes interpretados de Rashida Jones y Rooney Mara (aquí hay futuro). Por eso La red social termina con una excelente secuencia que deja abiertas muchas preguntas (y da bastantes respuestas) sobre la naturaleza del individuo. Y donde el espectador debe dar su solución sobre lo que es esta maravillosa experiencia que es La red social.

. El reflejo de una generación (Daniel Lobato, La noche americana)

Al igual que hiciera con Zodiac, Fincher otorga a La red social un estilo sobrio y muy analítico, se limita a enseñar sin entrar a juzgar las acciones de los personajes

. La paradoja de Zuckerberg (Jordi Costa, El País)

Fascinante estudio de personaje y preciso retrato de una época -el estricto presente-, La red social se abre como una novela de campus y culmina en una secuencia final perturbadora, que quizá lanza un guiño inconsciente al Samuel Beckett de Film (1965)

 . A universal story that's hard not to like (Ann Hornaday, The Washington Post)

"The Social Network" can't be taken as the literal record of events -- which ultimately involved Zuckerberg being sued by his partners and competitors. Clearly Sorkin and Fincher had higher aspirations for their film. With surgical precision, exhilarating insight and considerable storytelling flair, they make Zuckerberg both a metaphor and a lens through which to understand contemporary culture

15 octubre 2010

Las dos caras de Oliver Stone

- Wall Street: El dinero nunca duerme - (Oliver Stone, 2010)

Tenía todo el sentido del mundo que hubiera una secuela de Wall Street en los tiempos que corren. Era muy positivo que el Oliver Stone atrevido y valiente pusiera su ojo sobre la pobre actualidad económica y nombrara con nombres y apellidos a los culpables (banqueros, políticos...) El problema era que daba la impresión que Stone estaba perdiendo en sus últimas películas toda esa bilis y mala leche que demostró durante gran parte de su carrera.

Pero hay buenas noticias, Wall Street: El dinero nunca duerme es bastante más disfrutable de lo que anunciaban antes de su estreno en España. La película ya anuncia (con unos créditos de apertura bastante de los ochenta) que Stone quiere recuperas su potente y atractivo ritmo narrativo. A través de una primera hora magnifica nos adentramos en el Wall Street del siglo XXI de forma trepidante, con una gran puesta en escena (con recuerdos al Stone de antaño), magnificas interpretaciones y un acertado análisis del estado actual del mundo (los culpables están en Wall Street). Incluso nos podemos creer que exista un broker ecologista y que sea buena persona (el personaje de Shia LaBeouf). La pena es cuando Wall Street: El dinero nunca duerme se convierte en una lucha entre el Stone que fue y el que realmente es. El maravilloso paranoico que dice ser un critico del stablishment USA y el que realiza películas que pueden rozar el telefilm. Las apariciones de una llorica (y bastante insoportable) Carey Mulligan nos avisan de que no es oro todo lo que reluce.

El pistoletazo de salida la da la penosa reconciliación de los personajes de Michael Douglas y Carey Mulligan en unas escaleras, secuencia que viene después de una estupenda escena / careo entre Josh Brolin y el propio Douglas. Las dos caras de Stone. Y Oliver Stone, como si de un Gordon Gekko del cine se tratara, nos tima con un final incoherente y absurdo rematado con una fiesta de cumpleaños final que es de vergüenza ajena. Y entonces es cuando lo vemos claro. En conjunto Wall Street: El dinero nunca duerme es una gran película que nos recuerda que Oliver Stone es un grande. El problema es que sibilinamente se ha vendido al capital, a la banca y le ha hecho el juego a los poderosos. Esta vez el poder lo representaba un sentimentalismo absolutamente inadecuado.

. 'Wall Street. El dinero nunca duerme', a medio camino (Juan Rodríguez Millán, La Sala de Cine)

Sí es cierto que se acerca por momentos en secuencias llamadas en el guión a ser grandes para el análisis y reflexión. Pero no menos cierto es que la película deriva mucho más a la situación de los personajes que a la de la economía global

. Innecesaria humanidad (Mex Faliero, Fancinema)

Uno descree de la construcción maniquea de los villanos, que no sienten compasión ni ante un bebé descuartizado. Pero la forma en que Stone expone aquí el vínculo padre-hija no sólo es incompatible con los personajes, sino que trae como consecuencia un epílogo ridículo y para nada conectable con el mundo de miserias que se nos quiso mostrar durante dos horas

. Capitalismo en tiempos de crisis (Quim Casas, Cine 365)

El dinero, como elemento pragmático, real, mueve el capitalismo, y la película de Stone es un nuevo estudio sobre el funcionamiento del capitalismo más atroz rodado con algo menos de talento que la primera aparición en escena del tiburón de las finanzas Gordon Gekko

01 octubre 2010

Serie B con el freno de mano puesto

- Machete - (Robert Rodriguez, 2010)

En todo momento la sombra de Planet Terror permanece sobre Machete. Reconozco que disfruté como un niño con la película grindhouse de Robert Rodriguez. Gore, ritmo frenético, humor bizarro, un casting perfecto... Rodriguez le encontró el punto a realizar un sano divertimento de película de serie B sin quedarse en el homenaje absurdo. Por eso hay que pensar que en Machete, Rodríguez cogiera todas los automatismos que aprendió en Planet Terror. La presencia de Danny Trejo como protagonista absoluto hacia que nos frotáramos las manos de disfrutar de una bizarra y divertida experiencia cinematográfica. La pena es que la experiencia de ver Machete no es todo lo excitante que se espera.

Está claro que la presencia de Trejo impone. El actor que tanto nos gustaba en papeles secundarios es de lo mejor de la película. Sólo con su presencia física y la mirada, Trejo hace que nos creamos ese personaje imposible salido de la mente de un director sin miedo al ridículo. Y ese es el único problema de Machete, el ridículo o su miedo. Da la impresión que Rodriguez se frena muchas veces en el film (cosa que no pasaba en Planet Terror) cuando la película ese punto loco que está pidiendo a gritos. Y el inicio no puede ser mejor. Violencia, sentencias definitivas, desnudos, sangre, ritmo y Steven Seagal. Machete empieza siendo como la película bizarra que me imagino ... y quiero ver. También es positivo (y valiente) el toque social del film arremetiendo directamente contra la Ley de Arizona. 

Danny Trejo es Machete. Su presencia, mirada y figura hacen que la película cuente con un protagonista sólido y, sorprendentemente, creíble

Pero una vez acabada Machete da la sensación que no hacían falta tantas alforjas para este viaje. Una duración bastante normal como son los cien minutos se hacen excesivos para una historia que pedía sólo una hora y veinte. Pero el metraje no es el principal problema. Machete da la sensación de que se quiere desbarrar y no puede. En la escena del hospital o las de la iglesia (el diálogo de Cheech Marin y Trejo) Machete encuentra su verdadero espíritu de película trash que no tiene miedo a bordear el precipicio. Aunque Machete se disfruta y nunca aburre tampoco deja una sonrisa permanente en la boca. La sensación de que hay escenas de relleno donde Rodriguez apenas arriesga visualmente es permanente. Porque lo que no se le puede perdonar a Machete es que, al final, sea un thriller convencional. Y eso es lo que parece en algunos momentos.

Una baza es positiva en la película es su reparto que deja un buen sabor de boca Ya he hablado de la gran presencia que es Danny Trejo, alma y físico de Machete. También funcionan Don Johnson, Cheech Marin, Jeff Fahey, Michelle Rodriguez (su imagen en el final del film es para recordar durante años) e incluso Steven Seagal funcionan. Seguramente porque son los personajes que bordean más la caricatura y entienden lo que Machete tenia que ser. Más discutibles son Robert De Niro y, en especial, Jessica Alba. Esta última porque la sosez de su personaje y la poca inspiración de ella hacen que la película caiga en los caminos de la convencionalidad. Capitulo aparte merece una Lyndsay Lohan completamente desaprovechada en su papel de hija de Jeff Fahey. Su personaje de “hija descarriada” merecía más tiempo para darle a Machete el toque sucio que está pidiendo a gritos. Y más con la Lohan interpretándolo.

Machete no decepciona pero tampoco sorprende. Tiene sus dosis de gore, violencia, acción bruta, desnudos (aunque se nota la hipócrita mentalidad USA sobre el sexo), toque social con merecida reivindicación hispana, homenaje a El Santo... Y aunque se disfrutan sus virtudes deja la sensación de que Rodríguez podía haber ido un poco más lejos. Porque Machete no deja de ser una divertida película de serie B algo aburguesada.


Si van a ir en plan purista con aquello de «si es más allá del blanco y negro es una piltrafa y sólo Bergman es bueno», mejor dejen de leer. Porque esto va a de otra cosa: va de pasada estrafalaria, de un nuevo género creado por estos dos compinches del jolgorio como son Robert Rodríguez y Tarantino: la acción comedia. Todo desemboca en una pasada pasada, sin medias tintas

. El tràiler era millor (Nando Salvà, El Periódico)

Massa sovint, Rodríguez abandona les seves aspiracions exploitation  per repetir un vague discurs sobre el tracte racista que els polítics i els guardes fronterers nord-americans infligeixen als mexicans


Una propuesta descerebrada y con, sobre todo, humor que nunca debe tomarse en serio y mucho menos por su guión, voluntariamente pésimo, o un Danny Trejo inexpresivo, como mandan los cánones de sus referentes. En este sentido, sus primeras escenas son una inmejorable muestra, a ritmo trepidante, de las “pretensiones” de ‘Machete”, llenas de giros inesperados y detalles