A nadie le enseñan a ser viejo. Nos enseñan a hablar, a andar, pero nadie sabe reaccionar cuando deja de hacerlo. La vejez es un final paradójicamente esperado e improvisado, que sólo puede endulzar el cariño de los que están alrededor, un cariño que, por desgracia, no todos los ancianos pueden disfrutar. Arrugas combina a la perfección el drama con el humor más sublime, obliga a pasar de la risa al llanto en segundos y ese es uno de los aspectos que la convierten en una de las mejores películas de animación que se han hecho en España, unido a la magistral evolución de personajes entrañables que cobran vida en la pantalla y que dejan de ser dibujos para convertirse en personas que se enfrentan a sus últimos días encarando el tedio y la inutilidad impuesta por la sociedad. Arrugas es una reflexión sobre el crepúsculo vital, sobre la soledad, el abandono, la amistad incondicional y el amor durante la tercera edad. En definitiva: sobre el tiempo y, concretamente, el futuro. Por eso, Emilio es cualquiera de nuestros abuelos, es cualquiera de nosotros dentro de algunas décadas. Y por eso Arrugas, la adaptación cinematográfica del cómico homónimo de Paco Roca, dirigida por Ignacio Ferreras, está dedicada “a todos: ancianos de hoy, ancianos de mañana”.
Arrugas combina a la perfección el drama con el humor más sublime, obliga a pasar de la risa al llanto en segundos y ese es uno de los aspectos que la convierten en una de las mejores películas de animación que se han hecho en España unido a la magistral evolución de personajes entrañables que cobran vida en la pantalla
La novela gráfica, premio nacional de cómic 2008, fue documentado por el autor entrevistando a familiares de amigos y acudiendo a residencias de ancianos. Así fue conociendo su día día, empatizando con los ancianos que allí vivían y dando lugar a una historia realista, cargada de ternura y sentido del humor que ahora podemos sufrir y disfrutar en 2D que en algún momento incluso recuerda a las grandes obras maestras del japonés Hayao Miyazaki. Aunque se quedó a las puertas de los Oscar, el filme opta a dos Goya: mejor guión adaptado y mejor película de animación. Arrugas es la muestra de que siempre hay algo por lo que luchar, y la lucha de su protagonista pasa por evitar la sala de desahucios del asilo en el que vive. Para ello, su compañero de habitación, Miguel, se las ingeniará para hacer creer a los médicos que lo que era un principio de alzheimer no iba a más y así evitar que su amigo 'Rockefeller' llegue a la primera planta. Lo que desprende esta película sólo es comparable a la vida misma: cruda, pero siempre compartida con alguien dispuesto a salvarte. Aunque seas tú mismo. Eso que llamamos instinto de supervivencia. ¿Un consejo? Para resarcir el amargor, no os levantéis de la butaca durante los créditos.
Lo mejor: Modesto buscando una nube para Loli / Lo peor: la crudeza realista de la historia
*Virginia Mendoza (@v_elociraptor) es periodista y autora del blog Cronocopio entre famas
1 comentario:
Gracias Raúl. Siempre es un placer escribir para VR :)
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