A nadie le enseñan a ser viejo. Nos enseñan a hablar, a andar, pero nadie sabe reaccionar cuando deja de hacerlo. La vejez es un final paradójicamente esperado e improvisado, que sólo puede endulzar el cariño de los que están alrededor, un cariño que, por desgracia, no todos los ancianos pueden disfrutar. Arrugas combina a la perfección el drama con el humor más sublime, obliga a pasar de la risa al llanto en segundos y ese es uno de los aspectos que la convierten en una de las mejores películas de animación que se han hecho en España, unido a la magistral evolución de personajes entrañables que cobran vida en la pantalla y que dejan de ser dibujos para convertirse en personas que se enfrentan a sus últimos días encarando el tedio y la inutilidad impuesta por la sociedad. Arrugas es una reflexión sobre el crepúsculo vital, sobre la soledad, el abandono, la amistad incondicional y el amor durante la tercera edad. En definitiva: sobre el tiempo y, concretamente, el futuro. Por eso, Emilio es cualquiera de nuestros abuelos, es cualquiera de nosotros dentro de algunas décadas. Y por eso Arrugas, la adaptación cinematográfica del cómico homónimo de Paco Roca, dirigida por Ignacio Ferreras, está dedicada “a todos: ancianos de hoy, ancianos de mañana”.
Arrugas combina a la perfección el drama con el humor más sublime, obliga a pasar de la risa al llanto en segundos y ese es uno de los aspectos que la convierten en una de las mejores películas de animación que se han hecho en España unido a la magistral evolución de personajes entrañables que cobran vida en la pantalla
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Lo mejor: Modesto buscando una nube para Loli / Lo peor: la crudeza realista de la historia
*Virginia Mendoza (@v_elociraptor) es periodista y autora del blog Cronocopio entre famas
1 comentario:
Gracias Raúl. Siempre es un placer escribir para VR :)
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