Enseguida a J. Edgar se le puso la etiqueta de “película de Oscar”. Eastwood, DiCaprio, película histórica, biopic norteamericano... todas las características para recibir alabanzas y tener un montón de candidaturas a la estatuilla dorada. Pero parece ser que pocas personas tuvieron en cuenta sobre quien era la película, J. Edgar Hoover uno de los personajes más oscuros de la historia contemporánea. Hoover cometió atrocidades (extorsión, chantaje...) en nombre de una justica y un país que sólo existían en su paranoica cabeza. ¿Cómo afrontar un trabajo tan complicado? Sabiendo que no podía hacer ni una oda al personaje ni una barata colección de todas las barbaridades de Hoover, Clint Eastwood opta por un camino extraño.
Como si de un sueño se tratara J. Edgar se aleja de una visión estrictamente histórica y deja que el propio Hoover nos narre la historia. Y lo hace como el propio Hoover de una manera exagerada e irreal que descoloca al espectador que esperaba una película clásica e incluso plácida. Con una caligrafía agria y áspera la película logra un aparentemente distanciamiento que en realidad trata al espectador como adulto para que sea él mismo el que organice las piezas. Hay que alabar el trabajo arriesgado de un Eastwood que no pretende hacer amigos y logra una película difícil saltándose tópicas y normas del biopic. Obviamente era imposible hacer un biopic normal con un personaje tan extremo y extraño como J. Edgar Hoover. Ayudan las interpretaciones sobrias y sin estridencias de Leonardo DiCaprio y Armie Hammer que logran ofrecer signos de vida y ternura dentro de un clima tan raro como el que tiene la película. Ni pretende ni quiere ser redonda J. Edgar que resulta ser un viaje tan complicado y lleno baches como con un extraño poder de fascinación.
OPINIÓN
. Un hombre atormentado por sus contradicciones (Beatriz Maldivia, Blog de cine)
Diría que he encontrado grandes elementos en ‘J. Egdar’, pero que al mismo tiempo he echado en falta cierta profundización en el retrato del personaje protagonista y cierta expansión en el análisis de las implicaciones de su actuación
. Las sombras del mito (Sergi Sánchez, La Razón)
Es mérito de Eastwood tratar con sensibilidad ese deseo eternamente aplazado, como si la fascinación de Hoover por el secreto contagie inevitablemente el concepto que tiene de sí mismo
. Décadas resumidas en horas (Joaquín R. Fernández, La Butaca)
“J. Edgar” es un digno filme en el que se percibe una elegante puesta en escena y un sólido montaje pero en el que también es fácil atisbar su principal debilidad: la estructura narrativa que ha elegido el guionista Dustin Lance Black para abordar el proyecto
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