19 julio 2008

Extravagancia en Bélgica

- Escondidos en Brujas - (Martin McDonagh, 2008)

Es curioso que las razones por las que hay que recomendar Escondidos en Brujas, son las que hacen que el film de Martin McDonagh no sea completamente redondo.

Quizá sea algo imposible ya que la película es una completa extravagancia, para lo bueno y lo malo. La historia podía haber caído en un montón de escenas o chistes baratos sobre asesinos a suelo. Vamos, las versiones baratas y cutres de Pulp Fiction que hemos sufrido desde el estreno de la obra de Tarantino. Pero Escondidos en Brujas no es así. Principalmente porque es una película bien escrita, especialmente unos estupendos diálogos. Eso si dichos por unos actores excelentes que, quizá, sean lo mejor de la película. A destacar un Colin Farell con una estupenda vis cómica (aunque su personaje es realmente trágico) y, como no, el gran Brendan Gleeson . El actor irlandés (incomprensiblemente desaprovechado en la industria del cine) vuelve a llenar la pantalla con una gran interpretación. También destaca esa gran belleza que es Cleménce Poésy .

La película, por cierto menos cómica de lo que apuntaba su estupendo tráiler , es pura extravagancia, una rareza que evita lo obvio. Y eso se agradece, pero también es verdad que, en ciertos momentos, la película debería calmarse algo. Coger un camino, ya sea el cómico, el dramático o trágico. Esa indefinición hace que Escondidos en Brujas tenga un estilo algo irregular y no se disfrute plenamente.

Y al final la ciudad de Brujas no acaba tan mal. Nos quedamos con la sensación de ser una ciudad de cuento de hadas. Y su papel en la película es crucial, sus monumentos, sus calles, sus edificios... Aunque el personaje de Ralph Fiennes encuentra el único inconveniente de la ciudad belga cuando dice: “El único inconveniente de Brujas es que está en Bélgica”.

. Elegante tragicomedia en Bélgica (Luisfer Romero Calero, Blog de cine)

. Una temporada en el infierno (Jordi Costa, El País)

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