10 febrero 2009

Series de cine: The Office. El (hilarante) infierno del esclavismo moderno

 
Jim Halpert, el personaje que borda John Krasinski en The Office, tiene una de las frases más demoledoras que yo he oído en la ficción televisiva. “Si ascendiera en este trabajo se convertiría en mi profesión. Y si esto fuera mi profesión me tiraría a la vía del tren”. En dos frases Halpert resumía el espíritu de lo que intenta transmitir The Office. Conseguimos un trabajo (si hay suerte) y trabajamos en el una media (más o menos) de siete u ocho horas diarias. Dormimos una siete horas. Y nos quedan unas pocas para desarrollarnos como personas. Cuando somos mayores y no tenemos facultades físicas adecuadas somos libres jubilándonos...siempre y cuando tengamos una pensión decente (cosa que no va a pasar). Y para rematar el noventa por ciento de la gente que trabaja lo hace en cosas que odia. Aún así si no conseguimos un trabajo no comemos, ni tenemos casa (ni teniéndolo se consigue) y, o nos dedicamos a ser vagabundos o morimos. Ese el juego y hay que jugarlo quieras o no. Y ese esclavismo moderno lo refleja como nadie una de las series más divertidas e inteligentes de la historia de la televisión.
 
The Office refleja la vida diaria en una oficina de Estados Unidos. Una oficina tan pequeña que consigue reflejar el ambiente irrespirable e incómodo que se vive allí. La vida de una serie de trabajadores condenados (si hay suerte) a estar allí ocupándose de algo que odian con unos compañeros que jamás serian sus amigos en la vida diaria. Tenemos a los personajes de Jim Halpert (John Krasinski) y Pam Beesly (Jenna Fischer) con los que empatizaremos enseguida. Los dos únicos “normales” de la oficina que ante el horror de un trabajo gris y odioso sólo pueden sobrevivir utilizando la ironía, el surrealismo y el sentido del humor. Pero ante ese humor está el personaje “robaescenas” de Dwight Schrute (genial Rainn Wilson) . Trepa, ambicioso e hijo de puta para el cual su trabajo lo es todo. Con Schrute le veremos las orejas al lobo ya que representa lo peor de los compañeros de trabajo que todos hemos tenido. La diferencia es que con Dwight nos reímos. Y luego está como diría Lars Von Trier, el “jefe de todo esto”, Michael Scott
 
El personaje de Michael Scott (cualquier palabra de elogio seria insuficiente para el inconmensurable Steve Carrell) representa la versión real y humanista que ya cogían otros personajes míticos como George Costanza (Seinfeld) o Homer Simpson (Los Simpson). Scott representa como nadie la media de los jefes que todos hemos sufrido y sufriremos. Es idiota (mucho), cobarde, irresponsable y tiene una tendencia a hacer comentarios ofensivos, racistas o machistas. Pero lo peor no es eso. Scott cree que es la panacea de los jefes e intenta, como se suele decir, ser un “jefe enrollado”. Lo cual es un desastre y hace que sus empleados le odien todavía más. Cualquier escena de Carrell en The Office merece estar en cualquier antología de cómo crear un personaje cómico.
 
Después de tal panorama, ¿es realmente The Office divertida? Mucho, no sabéis cuanto. No es The Office una sitcom ni fácil ni al uso. Su estilo documental con la cámara al hombro (muchas los personajes nos miran directamente a nosotros) pide una atención máxima para seguir la serie. No hay risas enlatadas ni gags al uso. Su humor viene de la realidad. Una realidad cruda y atroz de las cuales los trabajadores no pueden huir. Porque en The Office el surrealismo se convierte en realismo y viceversa. Y nosotros nos reímos (muchísimo) de ese sufrimiento que quizá vivamos o nos toque vivir. Jamás el infierno diario fue tan divertido.
 
PD. Antes de que me condenéis entono el mea culpa. The Office es una creación británica del gran Ricky Gervais (autor también de Extras) y que se emitió en la BBC. Yo sólo he disfrutado de la versión estadounidense ya que no he podido ver la serie inglesa. Es algo que tengo pendiente. Ahora espero vuestros comentarios sobre cual es mejor.

2 comentarios:

Daniel Martínez Mantilla dijo...

Jajajaja Precisamente hoy les he puesto a mis compañeros - jefes de las prácticas este video con el opening del 5x13. Absolutamente desternillante. El momento "Kevin saqueando las máquinas" es absolutamente genial.

Me encantan todos los personajes desde Michael a Dwight pasando por Jan (inolvidable episodio de la cena en casa de Michael, tan sádico y cruel como hilarante) hasta Meredih o Kelly.

Si no la has visto tienes que ir a por Extras, que no sólo es brillante sino también muy cortita.

Anónimo dijo...

Me ha gustado esa frase, y sí... es demasiado derrotista, pero tan cierta como la vuelta que le pegas a los "no-vínculos" que se establecen en el trabajo.
A Steve Carrell no le soportaba hasta hace bien poco y cuando me he cruzado con la serie en televisión no le he dado tregua, pero el que le hayas dedicado la entrada del blog me hace replanteármelo y supongo que habrá que ponerse con ella. También por la referencia a George Constanza, mi personaje favorito de Seinfeld junto con Elaine (qué forma tan buena de dignificar la mediocridad media!)
A propósito de "Good Woman" como canción de la semana... cómo sienta tener a Cat power omnipresente desde los escapartes de Levi´s?