11 julio 2010

Perfecto equilibrio entre Gainsbourg y Gainsbarre

- Gainsbourg (Vida de héroe) - (Joann Sfar, 2010)

Si tuviera que rellenar uno de esos típicos test que hacen en revistas o periodicos donde te preguntan por tus gustos pondría a Serge Gainsbourg como mi artista favorito, simplemente porque considero que es tan importante para la historia de la música popular como lo puedan ser los Beatles. Por eso era facil salir contento de esta Gainsbourg (Vida de héroe). Y eso que, curiosamente, tenía todos los elementos para hacer una película...mala. A la prodigiosa y talentosa productividad de Gainsbourg se unía una vida llena de polémicas y escándalos que le llevó a relacionarse con muchas celebridades francesas de la época. Con lo cual Joann Sfar podía irse por el camino fácil del biopic y que Gainsbourg (Vida de héroe) se convirtiera en un desfile de estrellas actuales interpretando a estrellas de toda la vida mientras la música de Gainsbourg sonaba de fondo. Por suerte Sfar es alguien inteligente y sabe que todas las biografías son mentiras con lo cual, ¿por qué no contar un hermoso e irreal cuento francés?

Es verdad que Gainsbourg (Vida de héroe) tiene las aristas de todo biopic. La película a veces puede parecer que tiene episodios demasiado sueltos más que un conjunto bien armado y que ,al final, retrata la decadencia de Gainsbourg sin demasiada originalidad. Pero si olvidamos los peajes que tiene que pagar toda persona que se dispone a rodar un biopic nos encontramos con un film disfrutable y con encanto.. La idea de dividir a Gainsbourg en dos, uno más humano con la recreación magnifica Eric Elmosnino (su parecido con el Gainsbourg real en la última parte del film da miedo) y otro diabólico con la caracterización excelente que hacen los chicos de la DDT y Doug Jones, es atractiva y acertada. Gracias a Gainsbourg (Vida de héroe) podemos entender la compleja vida y las acciones de un genio tan (aparentemente) feo como talentoso y seductor. Y seguramente sin quererlo Sfar realiza un perfecto retrato mucho más profundo que otros biopics más acartonados ya que gracias a esta dualidad conocemos a un Gainsbourg dubitativo y acompleja alejado de su tipica imagen de triunfador total. Porque Serge Gainsbourg , un hombre del que nunca se supo donde se quedaba la caricatura y donde empezaba la persona, aquí se convierte en alguien completamente real.

La película funciona como un perfecto reflejo de la cultura y la música de la época. Ya sólo como musical se disfruta. Poder escuchar Le poinçonneur des Lilas o La javanaise (ese baile entre Eric Elmosnino y Anna Mouglalis) de manera tan original es un goce para los que amamos la música de Gainsbourg. Y se disfruta tanto como las apariciones de Boris Vian, France Gall, Brigitte Bardot...  ninguna de manera caprichosa y artificial contando con un excelentes trabajo de casting. Quizá estas virtudes sean el único inconveniente para algunos espectadores ya que los no amantes de la música de Gainsbourg o de la cultura en francesa, en general, puedas quedarse fuera del espectáculo que propone Joann Sfar. Y obviando que al final opta por caminos más convencionales (afortunadamente Sfar tiene el buen gusto de no sacar su encuentro con Wihtney Houston) y se deja ciertas cosas en el camino (la grabación del mítico disco Histoire de Melody Nelson) Gainsbourg (Vida de héroe) es una magnifica película. Un cuento o un cómic que aspira a tomar algo de la imaginación y talento de Serge Gainsbourg. Y, bastantes veces, lo consigue.

. Being Serge Gainsbourg (David Bizarro, Muro de sonido)

Al igual que ocurría con la poliédrica disección dylaniana de I’m not there la cinta de Sfar huye del corsé historiográfico para poner énfasis en las dimensiones heroicas del personaje. Porque el Gainsbourg de esta película no es más que un trasunto imaginario, desnaturalizado e idealizado del Gainsbourg real.

. El artista que jugaba con una pistola (Federico Marín Bellón, ABC)

Fiel al axioma, el guionista y dibujante de cómic Joann Sfar —su sello salpica desde los títulos de crédito— coloca una pistola en manos del protagonista niño, imagina episodios, omite su carrera cinematográfica y se inventa hasta a un Pepito Grillo a la inversa, un muñeco chirriante y genial que conduce sistemáticamente a su héroe por la pendiente más escarpada

. Artista seductor y suicida (Lluís Bonet Mojica, La Vanguardia)

En una tradición muy ligada al cine francés y al universo felliniano, en Gainsbourg abundan los detalles fantásticos, mediante un álter ego del protagonista en forma de cuervo y subido a un zanco. Su presencia puede desconcertar al espectador, pero resulta explicable en un realizador debutante como Joann Sfar, celebrado autor de cómics.

3 comentarios:

Marcos dijo...

Me parece tremendo que hayas omitido en tu crítica el affair de Gainsbourg con Mr. Potato y el acoso que durante toda su vida sufrió del cantante de Ketama, que se le aparecía cada dos por tres. Esto, que es histórico, queda muy bien reflejado en la película!!

En fin, ha sido un olvido. Rehaz el texto. Yo no te lo tendré en cuenta ;-)

Un abrazo!

Rubentxo dijo...

Estaba al tanto de la existencia de esta peli, pero no la he visto.
Si te dijera el tiempo que llevo sin ir al cine ni al videoclub, fliparías. De momento aguanto echando mano de mi colección de deuvedeses. Vivir-trabajar en una masía a veces tiene sus inconvenientes...
A ver si ahora que por vacaciones vuelvo a la civilización me pongo al día... Me va a costar. Ni siquiera sé cómo estará la cartelera... Me imagino que apta para neuronas derretidas, como suele ser costumbre por estas fechas.
Saludos.

Jesús Garrido dijo...

Hola, perdona, llegué por accidente, estaba hablanco con mi amiga cuando un mosquito se ha parado en la pantalla del móvil, echaré un vistazo a tu blog, [el mosquito ha muerto, lo he chafado]