01 julio 2012

Joyas a reivindicar: Inland Empire
El canto del cisne (digital) de David Lynch


 >  JOYAS A REIVINDICAR  : Inland Empire, de David Lynch (2006)


A fecha de hoy Inland Empire es la última película dirigida y estrenada comercialmente por David Lynch. Después de 2006 (su fecha de estreno) Lynch se ha dedicado a la música, la publicidad, los cortometrajes...mientras que sus fans ansían que vuelva a crear una de sis absorbentes historias que les trasladen a otro mundo dado que este es cada día más irrespirable. Aunque pueda ser que vuelva a dirigir un largo algunos pensamos que esto es difícil dado que su Inland Empire suena a brillante final. A una puerta que se cierra definitivamente tras haberlo dado todo en un último trabajo donde ha hecho de equilibrista sin miedo a caer el vacio. Pongámonos en antecedentes. El anterior trabajo de Inland Empire es nada más ni menos que Mullholand Drive la obra maestra de Lynch. Mulholland Drive es la película que no debía haber existido, que fue resucitada de su pasado de serie televesiva cancelada y paso de patito feo a brillante cisne. Con esa película Lynch encandiló a todo el mundo ganando importantes premios de prestigio (mejor director en el Festival de Cannes, nominado al Oscar a mejor director, César a la mejor película extranjera...), convenciendo a acerrimos detractores de su cine, descubriendo al mundo a una estrella como Naomi Watts y haciendo que hoy Mulholland Drive se haya convertido en una pieza tan respetado como un futuro icono cultural. Lynch podía presumir triunfó a lo grande con una película netamente suya sin hacer ninguna concesión. Uno podría pensar que por qué no repetir la jugada en su siguiente trabajo. Y en realidad fue lo que hizo cinco años después con Inland Empire. Eso si con algo de (buen) juego sucio.

Inland Empire es una obra tan sucia y oscura como fascinante y libre, la versión pesadillesca de Mulholland Drive obra de un genio sabedor de que no tiene limites en su libertad y talento 

Inland Empire es la versión pesadillesca de Mullholand Drive. David Lynch vuelve al mundo del cine mostrándonos como en la anterior película la maquinaria de Hollywood desde dentro. Inland Empire muestra el viaje hacia la locura (o no) de la actriz Nikki Grace (magistral Laura Dern) en pleno rodaje de una película llamada Flotando en llamadas tristes que resulta ser el remake de una película alemana incompleta por el asesinato de sus dos protagonistas. Por supuesto la película es mucho más que eso pero sólo se necesita eso para poder entrar de lleno en ella y como todo el cine de Lynch dejarse arrastrar. Inland Empire es la otra cara de la moneda de Mulholland Drive. Es más me atreveria a calificarla la única película que se podría adscribir en el género del terror junto con (obviamente) Cabeza borradora. El erotismo de Mulholland se transforma aquí en una sexualidad decadente, sucia y generalmente peligrosa. La progresiva decadencia de Naomi Watts en la primera película se convierte en una locura irracional y violenta en la Laura Dern de Inland Empire. Todo en Inland Empire es más agresivo y oscuro, el amor también. La obsesión de Naomi Watts por Laura Harring en  Mulholland Drive se traslada también aquí a Laura Dern pero derivando también en miedo y locura. Este estilo de Inland Empire es creado por Lynch gracias a que la película está rodada en formato digital con una “sencilla” cámara Sony DSR-PD150. Eso y esos primeros planos que parecen meterse en el corazón de la película acrecentan el tono de laberinto pesadillesco que tiene el film.

Lynch no se corta en Inland Empire. Lo digital parece que le da alas para dar angulosa y extraña forma a una historia que fue creando día a día en el rodaje. No pone límites a la hora de expandir sus historias (casi tres horas de metraje), ni de incluir sus mundos anteriores en este film. Una parte importante de la película son los fragmentos de su inquietante serie Rabbits (creada en 2002) y que no sólo no desentona sino que se podría decir que es la espina dorsal de la película. Y como en Mulholland Drive hay que tener cuidado con las puertas que uno abre ya que llevan a los personajes a distintos mundos e historias. La diferencia es que Inland Empire multiplica esas puertas haciendo que el personaje de Laura Dern pase por distintos personajes y estados hasta llegar a un (supuesto) final feliz. Pero intentar hablar de desarrollo o tramas convencionales en Inland Empire es ,además de una perdida de tiempo, atentar contra su espíritu. Con Inland Empire a Lynch le desapareció el glamour. Ya no hubo tantos premios (aunque sí que recibió algunos por su carácter “experimental”), ni excesivas loas además de problemas en su distribución y exhibición. Incluso algunos fans del cine de Lynch hicieron burla de ella. Quizá no vieron el inmenso regalo de una obra de arte completamente libre. Como el Twixt de Francis Ford Coppola, el Al límite de Martin Scorsese o el Femme Fatale de Brian De Palma. Obras libres y sin complejos donde maestros comparten su mundo (no necesariamente feliz ni formalmente hermoso) con el público sin, a priori, importarles el rechazo con el que inicialmente serán recibidos. Con Inland Empire David Lynch nos ha regalado una obra genial e intensa para ser discutida mil veces sin que nunca lleguemos a una conclusión. Una película donde está todo el Lynch que hemos visto siempre pero sin ningún tipo de maquillaje ni excusa. Por eso cuesta más verlo pero una vez comprendido y aceptado es otro viaje fascinante (y sí terrorífico) por el que dar las gracias.Ojalá vuelva a rodar un largometraje David Lynch pero si no lo hace sabemos que su carrera tiene una coda final coherente y redonda.

1 comentario:

Beatriz dijo...

Me encanta Inland Empire, ojalá se decida a dirigir un nuevo largometraje un día de estos