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Steve Coogan, titán de la comedia y espectáculo británico, se encuentra en un momento delicado de su vida. Con más de cuarenta años y habiendo hecho grandes cosas irreprochables en televisión (Alan Partridge) y cine (24 hour party people) pretende dar el salto que le lleve a un estrellato definitivo (o sea Estados Unidos) lo cual le lleva a un estado continuo de tristeza. Todo lo contrario que Rob Brydon que estando orgulloso de su condición de cómico considera un éxito todo lo que tiene en su vida laboral y personal. A través de las comidas y paseos de Coogan y Brydon asistimos a un duelo que sin pretenderlo reflexiona sobre las metas del ser humano en la vida y sobre que difusa es la linea entre el éxito y el fracaso. Y todo ello con unos diálogos naturales y brillantes (es una película sin guión), sentido del humor y unos magistrales duelos de imitadores donde asistimos a las recreaciones por parte Coogan y Brydon de las voces de Woody Allen, Michael Sheen, Billy Connolly, Anthony Hopkins o, por supuesto, Michael Caine. En estos divertidísimos duelos se juega algo que el talento sino casi un estilo de vida.
Bajo su apariencia de divertida y sencilla película The trip esconde una inteligente reflexión sobre la delgada linea que separa el éxito del fracaso
Resulta admirable la desnudez con que toda una estrella como Steve Coogan se muestra en The Trip. En la película se muestra como un ególatra, mujeriego y obsesionado por ser o aparentar ser más un intelectual que un actor o cómico (atención al cameo de un grande de la comedia norteamericana). Coogan destapa todas sus miserias en The Trip sin por ello dejar de ser muy divertido y hacerse antipático ante el espectador. Pocas celebridades permitirían hacerse una radiografía tan descarnada en una película. En el buen resultado final es clave el trabajo del siempre polivalente Michael Winterbottom que sabe perfectamente que tiene que desaparecer tras la cámara para dejar a el alma de la película (Coogan y Brydon) trabajar con total libertad. Irónica, divertida, sencilla y con una importante carga de melancolía en The Trip vemos continuamente a gente comiendo aunque casi nunca se habla de comida. Simplemente porque las cuestiones que plantea la película son más importantes que cualquier menú por muy sofisticado que sea.
OPINIONES
«The Trip» es una película a ratos hilarante, a ratos melancólica, pero este crítico tiene la sensación de que la impaciencia innata de Winterbottom, el Takashi Miike del cine británico, le impide ir más allá del juego de máscaras
• Ruta de la campiña (Jordi Costa| El País)
Partiendo de la improvisación, la película hace invisible su construcción cómica y funciona como sucesora evolutiva de las comedias de Hope y Crosby, al tiempo que reflexiona sobre lo divino, lo humano, la nueva cocina, los claroscuros de la fama declinante, el feroz ego del cómico y el crepúsculo post-romántico de los paisajes que una vez recorrieron Wordsworth y Coleridge. Brillante, sutil, estupenda
The Trip es el viaje de un hombre que que adquiere una porción de sabiduría. Es un film que, en su pequeñísimo mundo, es absolutamente perfecto. Una de las mejores, más distintivas y más delicadas películas que váis a ver este año. Buen provecho
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