19 junio 2013

Panorama cinéfilo en una capital de provincia




Cines Astoria (Alicante) / ©VivirRodando
Hace un par de días la web Entrada numerada publicaba la noticia sobre el posible del cierre del grupo Ábaco-Cinebox hecho que la empresa ni ha confirmado ni ha desmentido. La noticia vuelve a ser un mazazo para el aficionado del cine que este fin de semana vio como la taquilla daba el peor resultado de su historia. A partir de ahí lo de siempre. Comenzaron a producirse debates sobre el precio de las entradas, la subida del IVA, los modos de distribución... Debates muy interesantes y con muchos argumentos cargados de razón pero que llevan generalmente al mismo sitio. O sea, a ninguno. El cine es caro pero no todo las salas ofertan el mismo precio y se conocen muchas con cantidad de ofertas que reducen el precio. La subida del IVA ha sido un disparo en la cabeza pero ya había una situación inestable antes de esta desproporcionada medida. Siempre es gratificante debatir siempre que uno se aleje de una realidad que a veces es tan cruda que no se quiere ver. Por eso es mejor poner un ejemplo real que pueda servir de paradigma a lo que se vive.

Panorama cinéfilo. La ciudad de Alicante tiene más de trescientos mil habitantes y un montón de atractivos (playa, clima, comida...) Además gracias a la llegada del AVE a la ciudad Alicante estuvo en casi todos los informativos nacionales (y no en muchos de forma positiva). Hace unos días el crítico Antonio Sempere en su perfil de Facebook informaba de la cantidad de pantallas en la provincia de Alicante según la AIMC quedando en cuarta posición (con 184) tras Madrid, Barcelona y Valencia. Clima y cine, un cóctel muy apetecible. Para empezar vamos a centrarnos en la ciudad de Alicante obviando otros cines de la provincia más o menos cercanos (San Juan, Benidorm, Orihuela, San Vicente...). Una persona que viva en la ciudad tiene cuatro opciones para ver película en Alicante: Yelmo Puerta de Alicante, Cinebox Plaza Mar, Aana y Navas. Yelmo y Cinebox dedicados a cine de todo tipo (español incluido) pero esencialmente es donde uno puede encontrar las grandes producciones norteamericanas. Aana y Navas en cambio están dedicados a producciones europeas, sudamericanas o a un cine norteamericano de corte más modesto o independiente. A priori, un perfecto equilibrio. Sigamos rascando. En Alicante no hay películas versión original. O sea que películas como Sightseers o En otro país es imposible que tengan una circulación. Uno puede pensar lo malos que son los cines que no ponen versión original pero Alicante tuvo este tipo de cine. Primero con los míticos Cines Astoria que dieron vida a la vida cultural de Alicante durante muchos años y que trajeron durante años películas de todo tipo en V.O.S. Tras muchas vueltas acabaron cerrando definitivamente. Hace más de un año la cadena Yelmo se animó a hacer algo que unos pocos alicantinos demandaban que era traer películas de estreno en su idioma original. Así se vieron Los descendientes, Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres o El topo en versión original. El experimento duró unos meses con una razón contundente: la gente no iba a verlas. Daba igual que uno se pudiera liar en debates estériles sobre precios u horarios. Había una mayoría de gente (la que todavía iba al cine) a la que le daba pereza leer unos rótulos mientras veía una película. Searching for Sugar Man, la película revelación de 2013, llegó hace unos días a la provincia de Alicante meses después de su estreno (a los Cines Colci de Benidorm) Ser un documental y estar en versión original fue su pecado. No seria justo no nombrar que en la Sala Arniches se puede ver cine en V.O.S. los jueves eso sí dentro del ámbito de lo que es una filmoteca (y lo que ha costado que llegara este año)
Independientemente de los problemas (precio, IVA...) cada vez es más palpable el desapego de la gente con la experiencia que supone el cine

 
Después de mayo / ©MK2Pro
Vamos a jugar a anticipar el futuro. Si se produce el cierre de los Cinebox Plaza Mar en Alicante habría tres opciones de ver cine: Yelmo Puerta de Alicante, Aana y Navas. El Plaza Mar es el único que mantiene las arriesgadas pero gratificantes sesiones de las cuatro de la tarde y la del domingo por la mañana además de ofertas económicas como poder ver el cine los lunes por 4 € y los martes por 5 €. Con lo cual su perdida menguaría mucho la oferta de Alicante. Además, ¿por qué confiar en que Yelmo no cerraría sus puertas en la ciudad como Cinebox o Cinesa? Pues se podría dar la situación de que una persona que esté por la ciudad (a lo mejor ha venido en el AVE) tenga más fácil poder ver Después de mayo de Olivier Assayas que Star Trek: En la oscuridad de J.J. Abrams. A alguno está situación de parecerá un falso paraíso cinéfilo cuando en realidad es una situación triste y deprimente. El amante del cine debe amarlo por su variedad y su libertad para elegir ver una película distinta cada vez que va al cine. O sea poder ver a Assayas, Abrams, Boyle, Spielberg, Winterbottom, Phillips o Medina. Y seguimos hablando de distribución, precios, IVA...y quizá obviemos hacer la pregunta más dolorosa de todos. ¿A la gente le gusta el cine?

A la gente le gusta el cine...¿seguro? Tengo la teoría de que a todo el mundo le gusta el cine. Incluso quienes no comulguen con otras artes como la literatura o la música han disfrutado alguna vez del cine. De la película que sea y cómo sea. Volvamos a hacer la pregunta. ¿A la gente le gusta el cine...de verdad? ¿La gente se preocupa en conocer las películas de la cartelera o los estrenos? Quizá el cine haya dejado de ser un tema en las comidas entre familiares o amigos. Y me refiero a las películas, no a elementos colaterales (leyes, polémicas...) Gracias a supuestos exagerados como que las películas de ahora son mediocres, no hay estrellas como las de antes o el cine español sólo hace películas de la guerra civil el público se ha ido desapegando de lo que es la experiencia de ir al cine (o ver una película). Por las redes sociales a los que nos gusta el cine tenemos la sensación que el cine sigue vivo entre la gente, más que nada porque nos alimentamos entre nosotros. Hay que comenzar a pensar que mucha gente ha ido bajando el cine entre sus placeres favoritos hasta prácticamente desaparecer. Como hemos dicho antes podemos volver a los supuestos absurdos sobre el cine que se hace ahora como si el talento desapareciera por arte de magia. Yo no tengo la respuesta. ¿La gente se ha acomodado y no sabe sacar todo lo que es una experiencia como es el cine? Seguramente. Pero me niego a que uno se acomode en un pulpito y acusar con el dedo a la gente llamándola idiota. Quizás habría que empezar de cero con la educación de los más jóvenes. El cine debería aprenderse desde bien pequeño, desde la escuela. Si uno ha tenido que leer (con gusto) La vida es sueño también debería ser obligatorio ver películas como Plácido o Surcos mientras un profesor te la explica. Y no me refiero al arte cinematográfico sino a los matices de la películas. Con ello no sólo educaríamos a cinéfilos sino también a personas. Y luego están los precios, la exhibición, el IVA...la mayoría de problemas sin una solución clara. Porque si la gente dice que le gusta el cine...¿por qué no va al cine? Eso podría ser un buen comienzo para empezar la reflexión. 

  Raúl Cornejo @VivirRodando es periodista y autor del blog Vivir Rodando

1 comentario:

xalons dijo...

Excelente artículo y muy buena la reflexión con la que lo finalizas. Tal vez sea solamente eso, que a la gente en general ya no le gusta el cine o, más bien que ir al cine ya no es tan importante como lo fue hace décadas en la vida cultural de muchas personas que, para bien o para mal, tienen muchos y más dispersos entretenimientos con los que llenar sus ratos de ocio.

Los que amamos el cine tenemos que adaptarnos a los nuevos tiempos en los que nuestra afición a este bello arte no es compartida por la inmensa mayoría de la gente. No pasa nada, siempre se estrenarán un buen puñado de películas por año y tenemos toda esa inmensidad de películas ya estrenadas cada vez más al alcance de nuestras pantallas caseras.Otra cosa es la existencia de las salas de cine dónde puedan proyectarse.

Personalmente creo que, ver una película en una sala de cine, cada vez va a ser algo más raro y exclusivo, vista la evolución de la industria y los gustos del público. Me da pena que en muchas ciudades ya no exista practicamente oferta cinematográfica y que cada vez el cine en una sala de cine, sea algo más exclusivo de las grandes ciudades que, como con el teatro, la opera, los conciertos o los museos, son el único refugio para una exhibición y/o distribución del arte y la cultura popular fuera del ámbito doméstico.