Al lado de la palabra polivalencia en un diccionario de sinónimos tendría que escribirse el nombre de Antonio Sempere . Crítico de cine en multitud de publicaciones como La Opinión de Murcia o Heraldo de Aragón , escritor, jurado en varios festivales de cine... Actualmente ha redescubierto la pasión por la docencia siendo profesor de crítica de cine en la Universidad Miguel Hernández de Elche. Multitud de facetas con un denominador común: su pasión por el mundo del cine y la televisión.
¿De dónde le viene su pasión por el cine?
De muy niño. Yo soy de Villena y allí había cuatro cines abiertos con programa doble y cambiando entre semana la programación. Esto quiere decir que yo cada fin de semana tenía ocho largometrajes a mi disposición y si me sabía a poco todavía podía ir los miércoles y jueves para ir a ver otras ocho películas en carácter de reposición. Yo no sé como me las ingenie pero muy, muy pronto todavía estando en el instituto me convertí en crítico de cine de la cadena SER . En buena medida para poder entrar gratis al cine. El permitirme el lujo de poder ver todo facilitaba la labor el hecho de tener el acceso libre. Y mis pinitos los hice todavía en el instituto y teniendo mi programa semanal en Radio Villena SER.
Como ha dicho usted es del pueblo de Villena ¿era complicado saciar sus inquietudes culturales allí?
Sí. La respuesta clarísima es que cuesta desarrollar la vocación en unos lugares pequeños y en un alarde de sinceridad creo que no tenía que haberme detenido en Alicante. Fue un fallo. Yo debía haber saltado directamente de Villena a Madrid y luego siempre es hora de volver a casa y de volver a la capital, al epicentro cultural que en nuestro caso es Alicante. Pero hubiera sido muy importante para mí el paso por Madrid. Un paso largo y decidido que no hice en su momento y del que estoy bastante arrepentido.
¿Y por qué entró en el mundo del cine a través de la faceta periodística como crítico y no como actor, director o guionista?
Por querer compartir mi opinión con los demás. Para mí ser crítico, tener un espíritu critico lo defino como estar entre el privilegio y la condena. Es vivir continuamente como persona entre el privilegio de poder expresarte, de que tu opinión se escuche más que las de otros. Si yo tengo una columna diaria yo tengo un privilegio, una ventana en la que poder expresarme. Pero también ser así, tener ese espíritu crítico, ese impulso de poder expresarte es una condena porque tienes que estar en alerta permanente. Yo recuerdo ya desde adolescente que no disfrutaba de ciertas películas como podían hacerlo mis compañeros. No podía dejar la mente en blanco y disfrutar de ellas. Cómo es posible que ya de pequeño me fijará en los incumplimientos de los horarios de los programas de televisión, en el buen hacer de algunos presentadores o en el ritmo de algunos muchos programas si eran aburridos o no...más allá del mero entretenimiento. Me acuerdo que cuando estaba en casa de mi abuela viendo la televisión resulta que lo que para ella era un pasatiempo inocente para mí era algo más. Por eso yo acuño el lema de que el crítico vive entre el privilegio y la condena. Eso si siempre debe pesar el privilegio porque somos unos privilegiados.
Todos los amantes del cine tienen una imagen de alguna película, algún actor clavado en la memoria, ¿cuál es la imagen de Antonio Sempere?
Te voy a decir dos porque son muy coetáneas. Son West Side Story y Ben Hur . Yo tendría cinco años cuando vi ambas. Me llevó mi padre a verlas y yo creo que me marcaron para siempre. Cuando salen los rankings de películas favoritas me cuesta inclinarme por una y por otra porque me gustan muchísimo las dos, me parecen monumentales... Tuve la suerte de verlas en un buen cine como el Avenida de La Rambla. Entonces era un acontecimiento para los no residentes en la capital venir a Alicante a ver los estrenos en pantallas tan estupendas. Y mira que yo gozaba de un cine estupendo que hay que reivindicar como era el cine Imperial ¡que tenía casi dos mil butacas! Nunca la prensa provincial se ha dedica a analizar los locales de la provincia pero ese cine merecía más atención. Centrándome en tu pregunta el caso era que los cines no programaban simultáneamente los estrenos o reestrenos porque Ben Hur y West Side Story eran el primer reestreno cuando yo las vi. Llegaron a la capital pero no a provincias. Y me pareció muy acertado que mi padre me llevara a compartir dos tardes mágicas con estas dos obras maestras. Que a mi particularmente me insuflaron el amor a las bandas sonoras. Ya con Ben Hur se ve mi predisposición a atender a la música de cine porque la música de Miklos Rosza no es precisamente fácil. Ya mi padre se sorprendía que como era posible que un niño de cinco años se quedase con esa melodía y en los años siguientes la reconociese. Sería interesante hablar sobre hasta que punto estamos predispuestos a hacer ciertas cosas y donde está la vocación. Y porque unos nacemos con unas aficiones o a otras. Yo en esas dos tardes me vi muy abocado a dedicarme a lo que me dedico porque el Antonio niño se emocionó con el musical de Bernstein y con Ben Hur.
1 comentario:
Qué interesante, la entrevista.
Lo de la nostalgia por los cines del centro de las ciudades... creo que todos lo sentimos igual.
Siempre es interesante leer a críticos como él.
Anoche vi Funny Games U.S. ¿La has visto? Me molaría saber tu opinión.
Vi el homenaje a Sergio Algora que tienes en el otro blog. Yo me enteré el miércoles, en el concierto de Lorca de "La casa azul". Hizo una versión del Niño Gusano y después explicó por qué... Fue un bajón... Yo querría haber hecho un pequeño homenaje en mi blog pero estoy seco y sin idea (el calor y el exceso de trabajo, supongo).
Bueno, tío, pasa unas buenas vacaciones y vé mucho al cine.
Hasta pronto!
Publicar un comentario