El ruido es una de las cosas que más tensión produce en Los pájaros de Alfred Hitchcock. Los ataques de estos animales están perfectamente orquestados y resultan, a día de hoy, de una precisión técnica envidiable. Pero lo que da miedo es cuando los animales no están y sólo se les oye. En la parte final de Los pájaros hay un ataque a la casa donde se resguardan Tippi Hedren, Rod Taylor, Jessica Tandy y Veronica Cartwright. Prácticamente no se ve ningún pájaro y sólo se oyen el desagradable sonido de sus graznidos. Espeluznante. Y detrás de todo eso sólo podía estar la brillante mente de Bernard Hermann. Pero todo cambia en el final de la película. No hay ni ruido, no hay graznidos... con lo cual podríamos entender que el terror ha pasado. Y no es asi. Porque Hitchcock rueda simple y llanamente el fin del mundo. Porque en el fin del mundo no habrá ni gritos ni violencia, eso lo dejamos para los prolegómenos. El fin será un espeluznante desierto de silencio y soledad.
En el final de esta obra maestra brutal y metafórica ni se atrapa al villano ni el bueno se lleva la chica. El mal gana pero sin obviedades ni subrayados. Todo con tranquilidad y, como he dicho antes, silencio. La perversión de Hitchcock en el final es modélica. Los cuatro protagonistas pasean con movimientos pausados por un camino lleno de pájaros inmóviles pero con sed de sangre. Logran su primer objetivo, llegar al coche sanos y salvos. Después logran el segundo objetivo, lograr arrancar el coche e huir de la casa. Y ya no hay más información. Sólo un detalle, los graznidos vuelven a sonar. ¿Final feliz? Claro que sí, los protagonistas han logrado salvar la vida. Repetimos, ¿final feliz? Claro que no, porque Hedren, Taylor, Tandy y Cartwright sólo pueden estar felices de sobrevivir un día pero su final (como el de toda la humanidad) puede llegar cualquier día. Y el de todos. Porque Hitchcock no nos cuenta la historia en Los pájaros de unas personas que sobreviven al ataque de unas aves. Nos cuenta la historia de unos personajes que sobreviven unos días al fin del mundo. La esperanza se deja para otra película u otra historia .Aquí no tiene cabida.
1 comentario:
Hola
Devolviendo la visita, aunque en mi caso yo ya conocía tu blog. Otra cosa es que no me prodigue dejando comentarios.
Bueno, ya que estamos aquí te dejo mi opinión sobre finales apocalípticos.
Uno de mis preferidos es el de "La hora final" ("On the beach", 1959). A diferencia de "Los pájaros", en el que los protagonistas aún tienen esperanza en poder sobrevivir, en "La hora final" saben perfectamente que no hay ninguna esperanza. Y eso con la canción "Waltzing Matilda" de fondo.
saludos
PD: Deberíamos intercambiar enlaces ¿no?
Publicar un comentario