22 enero 2011

Invasión minimalista

- Monsters - (Gareth Edwards 2010)


La propuesta de Gareth Edwards en Monsters es encomiable. Contar los efectos de una invasión alienígena sin (apenas) mostrar monstruos viscosos o criaturas del espacio exterior. Edwards con un estilo pausado y casi minimalista muestra los efectos devastadores de lo que supone lo que podríamos llamar invasión o guerra. Y es en ese espacio es donde Monsters y, en especial, el trabajo tras la cámara de Edwards ganan. Monsters se llega a convertir en una película política que habla sobre las victimas y las consecuencias de la violencia de un fuerza superior contra unos inocentes desamparados. Y lo hace con acierto equilibrando esas fuerzas (alienígenas) con las de supuestos países amigos (Estados Unidos). Y como todo en Monsters se hace de manera tranquila y sin sobresaltos con los protagonistas viendo los homenajes a los fallecidos por la invasión o dejando sibilinamente detalles esclarecedores (el cartel que dice que nos maten los alienígenas pero no las bombas). El único problema es que Edwards no se conforma con eso y quiere hacer otra historia. Y ahí llega la polémica.

Edwards incluye en todo esto una historia amor entre los dos protagonistas. Amor en tiempos de guerra...contra alienígenas. Pero no sólo la incluye sino que le da prácticamente todo el protagonismo. Y ahí surge el problema. El resultado de satisfacción con Monsters depende mucho de lo que te haya calado la relación entre los protagonistas. Desgraciadamente la química entre los dos (Scott McNairy y Whitney Able) no funciona. Actúan bien como conductores de la historia pero no tanto cuando quieren mostrar sentimientos entre ellos. Además Edwards se muestra torpe al narrar esta historia dejando algo de lado la historia que está funcionando. Monsters deja claro que hay mucho talento en Gareth Edwards como narrador aunque no haya podido abarcarlo todo en su primera película. 

. Amor entre aliens (Sergi Sánchez, La Razón)
Edwards pisa la arena del cliché, y a pesar de que a menudo la delicadeza con que se acerca a sus personajes salva el escollo, no podemos sino pensar que es una ópera prima que hemos visto mil millones de veces

. Postales de una premisa sin explotar (Pablo de los Ríos, La palomita mecánica)

Y eso que en los primeros minutos de metraje, el suspense y la curiosidad hacia el aspecto de las criaturas está bastante logrado, pero es un aliciente que no justifica tragarse en el camino una historia de amor que avanza más despacio que la carrera de Aston Kutcher

. Con, que no de (Wanchope, El Séptimo Arte)

Esta pequeña joya tan imperfecta pero gustosa de ver como contradictoria, por cuanto en verdad no va hacia ninguna parte en especial, no dejará de ser un objeto del deseo para unas autoproclamadas "mentes inteligentes" que, a diferencia de espectáculos huecos y baldíos como los 'Recs' de Plaza y Balagueró, ensalzarán de 'Monsters' lo mismo que le podíamos ensalzar a 'Moon'

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