Winter’s bone es un gran milagro. Viéndola da la impresión que está realizada por un gran maestro que cuenta con decena de clásicos en su filmografía. Pues no. La realidad es que está realizada por una Debra Granik una directora de cuarenta y siete años cuya Winter´s bone es su segunda película. Por eso hay que grabarse en la cabeza el apellido de Granik por haber realizado un trabajo tan sobresaliente. Winter’s bone es una película dura y de paisajes ásperos que gracias al trabajo de la directora impresiona, duele pero nunca provoca rechazo. Donde cualquiera hubiera creado un telefilme barato Granik perfila una historia de silencios y miradas que enseñando poco se explica perfectamente.
Generalmente la llamada América profunda es mostrada (por los propios norteamericanos) con trazos gruesos y llenos de tópicos que generalmente muestran a unos personajes sin alma y ridículos. Granik no comete ese error y mira con ternura y piedad a unos personajes condenados a vivir en un sitio sin esperanza. Pero siempre hay una salida. Esa luz la marca un personaje duro como es el de Ree (asombrosa Jennifer Lawrence) que se niega a rendirse pero sin negar sus raíces y su lugar de procedencia. Porque por mucha violencia, crimen y mentiras que haya en Winter’s bone Debra Granik ama a esa tierra fría donde suceden los hechos. Es una América profunda pero también cercana.
Winter's bone habla de temas como la violencia, el miedo o el amor familiar sin caer nunca en estereotipos ni excesos diciendo mucho sin mostrar practicamente nada
Es sensacional ver una película que nunca cae en lo superficial y sabe mostrar todo lo que piensan los personajes (no sólo los de Lawrence y John Hawkes sino también los secundarios) sólo utilizando un numero limitado de planos. Sin excesos ni piruetas simplemente dejando que la historia ( y sus silencios) hablen por si mismos. En Winter’s bone hay amor por la familia, violencia, crimen... pero en ningún momento se ven . Simplemente están soterrados en el duro invierno de los personajes. En Debra Granik hay talento ya que es complicado contar tantas cosas con prácticamente ningún exceso. Al final se utiliza tanto el término que uno no sabe que es una obra maestra. Sólo sé que sea lo que sea Winter’s bone se acerca a esa definición.
. Realismo sin artificios (Juan J. Loza, Málaga de Cine)
Una brillante interpretación, de la joven Jennifer Lawrence que dosifica, mantiene, expresa e intensifica el drama, se merece la candidatura al Oscar. Realismo social sin artificios, con una naturalidad afectiva
. La esencia del mejor cine norteamericano (Manuel Piñón, Cinemanía)
Rigurosa hasta provocar desaliento, Granik saca un partido extraordinario a Jennifer Lawrence y John Hawkes, los grandes beneficiados de los espacios que deja esta historia mínima
. La ley del silencio (Julio R. Chico, La mirada de Ulises)
Granik nos da una película sobria y tremendamente dura, con un hondo poso de tristeza pero dejando que un rayo de luz traiga un poco de esperanza para esa atribulada familia
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