15 marzo 2013

El bikini como arte



Spring Breakers
(Spring Breakers)

Una película de Harmony Korine | Estados Unidos | 92 minutos


El nihilismo tiene un inmenso poder de atracción. Obras de Larry Clark (Kids o Ken Park) o Bret Easton Ellis (Menos que cero) provoca en el espectador / lector una mezcla de sentimientos variados que pasan por la repulsa, la curiosidad, la envidia... Admirando todas estos trabajos (grande y reivindicable Ken Park) faltaba una obra capital que además de ser un culmen del nihilismo y encima poder disfrutarla como un placer culpable. Y en estas ha llegado Spring Breakers una película importante cuyo recorrido va mucho más allá de lo que parece. Una film importante y en realidad muy sencillo. La película de Harmony Korine junta un casting irrepetible con dos chicas Disney (Vanessa Hudgens, Selena Gomez), la mujer del director (Rachel Korine) y una belleza “peligrosa” (Ashley Benson) para embutirlas en unos coloristas bikinis durante prácticamente todo el metraje. Spring Breakers además tiene una linea argumenta mínima como es la obsesión de estas chicas por irse de vacaciones de primavera y una vez alli su paso por el lado oscuro al conocer a un criminal (sensacional James Franco). Con estos elementos ya tenemos lo que se puede contar de la película. Ahora falta vivir Sping Breakers como la experiencia que es.

Harmony Korine utiliza el mundo que había reflejado en Kids (guionista), Gummo o Trash Humpers y convierte la fealdad en belleza haciendo de Spring Breakers un furioso espectáculo donde el sonido, la música, los cuerpos... elaboran un potente y furioso lenguaje cinematográfico. Los personajes (apenas) razonan ya que la “ideología” de la película no se encuentra en su lenguaje verbal ni en sus acciones sino en el aspecto visual del film. En esta ocasión el nihilismo es elevado a la categoría de arte moderno donde la música, los bikinis, las armas o las luces de neón sirven a Korine para elaborar un moderno fresco donde muchas de sus secuencias podrían ser casi cuadros. Nunca el chonismo estuvo tan cerca de ser elevado a los altares. Para muestra la ya (mítica) escena de James Franco y las spring breakers interpretando al piano Everytime de Britney Spears (la gran filósofa de nuestro tiempo según Korine) seguramente un momento épico no sólo en la película sino en la cultura reciente. Sólo hay un pequeño pero en una película casi perfecta en lo suyo. En una película de impulsos hay un único personaje que razona y duda (además de creencias católicas) es el de Selena Gómez. Quizá hubiera sido redondo liberar a la película de este leve Pepito Grillo transformando al personaje de Gómez en una spring breaker total como el personaje como Ashley Benson o Vanessa Hudgens.

Harmony Korine crea una nihilista y fascinante catedral del chonismo a través de elementos como las luces de neón, la música, las armas o los bikinis

La experiencia de Spring Breakers es frenética ya que uno acaba casi sudando y con una sonrisa tonta en su cara. En su cabeza tiene una sucesión de imágenes de (supuestas) fiestas interminables, violencia, sexo...que conforman un collage que uno no sabe muy bien cómo ordenar. La violencia física no es tan extrema ya que lo que hay es una exposición casi fetichista de las armas. Hay sexo en cuanto desnudos pero sólo una spring breaker (curiosamente Rachel Korine la mujer del director) enseña brevemente los pechos. Lo que quiere decir que Harmony Korine ha creado un espectáculo estético tan arrebatador que cada espectador puede haber visto una película diferente. Eso si con una estética creada bajo unos cimientos tan fuertes que harán que esta Spring Breakers puede ser vista años después y crear la misma fascinación que ahora. 

OPINIONES


• La versión ‘teen’ del sueño americano según Harmony Korine (Nando Salvá | Cinemanía)

Korine critica y a la vez redime no sólo la tradicional fiesta juvenil que da título al filme –retratándola no tanto como unas vacaciones sino más bien como un febril estado mental–, sino sobre todo a sus protagonistas, superheroínas bendecidas con el don de la fuerza de convicción y la inquebrantable voluntad


Sublime pop-noir  (Mario Santiago | Sensacine)

'Spring Breakers' puede entenderse como un balsámico ritual fílmico guiado por ese mantra que se repite una y otra vez en la banda de sonido: "Spring Break forever". Un ritual invocado desde el corazón de la cultura pop engendrada por el cambio de siglo


• Diosas de la primavera (Almudena Muñoz | La Butaca)

“Spring breakers” consigue un zumo chillón del nuevo Oeste norteamericano más radical e hilarante que el de “Drive” Nicolas Winding Refn, 2011), también con sus neones y Cliff Martinez, aunque corra el riesgo, al igual que aquélla, de adquirir un rango de culto que sobredimensione sus propios logros, descontextualizándolos

1 comentario:

David Amorós dijo...

Yo la vi en el festival de Sitges y la diversidad de opiniones fue absoluta. Yo coincido con las cuatro estrellas. El "vacío" viaje lisérgico y sensorial termino por ganarme, más allá de cualquier racionalización de la trama y sus intenciones y la disfruté mucho.
Un abrazo.