Hoy el programa de Vivir Rodando vuelve a mirar a la ciudad mediterránea de Alicante. Y como lo hiciera en el programa 151, dedicado al edificio del cine Ideal de Alicante, la mirada local aspira a volverse una mirada nacional.
¿Se puede decir que el cine, o mejor dicho la visión conjunta de una película entre un colectivo, es tan importante como, por ejemplo, una recogida de material escolar? Puede que no, pero sí tiene su importancia. El cine puede ser una herramienta como conductor de unas ideas, de exposición de un problema... Pero más allá de la obra proyectada en sí, estos ciclos pueden ayudar a construir una unidad vecinal. Ver una película como una comunidad, con unos problemas y vidas similares, puede crear un vínculo invisible que lleve a la solidaridad y la comprensión con un vecino. El cine, un espectáculo, que puede ser de disfrute en solitario, como una actividad transformadora de un colectivo.
El programa de Vivir Rodando, con la presencia de Sento Oncina, miembro de la Coordinadora Carolines, habla del cine como herramienta del movimiento vecinal, además de sobre el ciclo Cine y ciudad que empieza en septiembre. El programa se adentra también en el barrio alicantino de Carolinas, el activismo vecinal y en cómo un barrio humilde puede sobrevivir en unos tiempos tan difíciles y hostiles.
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