09 diciembre 2008

Finales de cine: Alta Fidelidad. Cuando Marvin Gaye se reencarnó en Jack Black



Mucha gente odia a Jack Black. Por muchas de sus interpretaciones, digamos, excesivas .Yo no estoy en ese grupo. Me gusta el vigor que Black demuestra en su interpretación en la estupenda Escuela de Rock o su capacidad para trabajar con directores como Tim Robbins o Michel Gondry. Pero mi defensa de Jack Black viene de lejos ya que hizo que se produjera un milagro en el film Alta Fidelidad (otra adaptación de Nick Hornby queridísima Auster) . Cuando resucitó durante unos minutos a una leyenda de la música, nada menos y nada más que a Marvin Gaye.

Muchos creerán que Black está insoportable en esta película. Yo lo veo como un punto carismático a ese sensacional protagonista que es John Cusack (¿alguien sabe porqué ni Black ni Cusack fueron nominados al Oscar?) . El personaje de Black está en su salsa: grita, se excede, insulta... Para, como en un buen truco de magia, sorprendernos a todos al final. Al final del film de Stephen Frears, John Cusack presenta la actuación de Jack Black con miedo creyendo que hará el ridículo en el escenario. Que surgirá el Black excesivo y ridículo. El mismo miedo y prejuicio que tienen muchos amantes del cine con el actor norteamericano. Y de repente llega lo sobrenatural. Como en un posesión diabólica...no, diabólica no, angelical diría yo... Black se transforma. Alguien ha poseído su cuerpo y su alma. Un alma negra, la de Marvin Gaye. Black entona la maravillosa Let’s get it on como sólo se puede hacer. Con ritmo, amor, respeto,voz y pasión...mucha pasión. Tanta que el desconfiado John Cusack se une a toda la gente que hay en la sala para bailar.

Una película como Alta Fidelidad que destila amor por la música por sus cuatro costados sólo podía tener un final donde apareciera Marvin Gaye. Eso si, reencarnado como Jack Black.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por traerme a la memoria ese personaje más Black que nunca. La película está en mi top ten de las modernas. Es una delicia de melancolía y de perdedor romántico. Cómo está contada, la complicidad con el espectador y las escenas musicales son para enmarcar. Por ejemplo, cuando explica cómo ordena su colección de vinilos. Nick Hornby es uno de los grandes, le he seguido la pista y escribe maravillosamente. Cusack es, además, uno de los actores más queridos por todos. Conozco poca gente que lo deteste. En fni, un acierto traerla a Vivir Rodando. Bravo.