Cuando vi por primera vez a Jean-Pierre Bacri en la pequeña pantalla no percaté en él. Eso que para otro actor sería un fracaso en esta ocasión era un triunfo. Porque el personaje que borda Bacri en Para todos los gustos debía representar perfectamente al típico hombre de mediana edad. El que encontramos en los bares, en las empresas, en los despachos... Una misma persona que por el que la vida va pasando sin que él se de cuenta. La gente a la que solemos ignorar.
Ir a los amados cines Astoria de Alicante a ver una película de la que desconocía toda y encontrarme con uno de los mejores (y divertidos) estudios humanos que he visto en pantalla grande fue un auténtico milagro. Y todo ese estudio de la sociedad actual se ve completamente reflejado en el personaje de Jean-Pierre Bacri. Al principio vemos a una especie de Homer Simpson, ignorante, grosero y sin ningún interés por la cultura. Vamos, un perfecto reflejo del ser humano medio. Pero como en esta cosa jodida que es el amor no controlamos de quien nos enamoramos nuestro protagonista se enamora de Clara Devaux, que interpreta Anne Alvaro. Intelectual, talentosa y actriz. La antítesis del personaje de Bacri. Este argumento, que en manos de cualquier otro guionista hubiera sido un sainete absurdo, se convierte en manos del tandem Bacri-Jaoui en una metáfora de los prejuicios con los que vivimos en nuestra sociedad. Una constante en su cine, en nuestra sociedad etiquetamos y clasificamos importándonos bastante poco la persona a la que le hacemos el examen.
Pero para reflejar este mundo lleno de prejuicios no sólo contamos con un guión genial sino también con unos actores en estado de gracia. Y ahí sobresale con fuerza Jean-Pierre Bacri. Su personaje parece que solamente nació para ser divertido, un personaje cómico sin más. Es divertido ver a alguien tan ignorante como él codearse con los intelectuales (y pedantes) personajes del mundo de la bohemia francesa. Pero Bacri llena de matices con su interpretación de Jean Jacques Castella. Poco a poco vemos como es un hombre que se llena de una tristeza inconmensurable, una persona que intenta ser algo que no es, por amor o porque su vida le parece absolutamente vacía. ... acaba siendo el espejo donde mucha gente se podría mirar. Somos lo que somos y, a veces, no podemos cambiarlo. Simplemente porque nuestro entorno no lo permite.
Tiene talento Bacri para engañarnos con su interpretación. Nos reimos mucho con él cuando en realidad su personaje es una tragedia en si mismo. Bacri sabe que con su gesto puede provocar o la risa más contagiosa o la tristeza más terrible. Y eso es de un mérito extraordinario.
1 comentario:
Desde que escribiste sobre "Para todos los gustos", sólo me ha dado tiempo a hacerme con "Como una imagen". Me ha dejado una sensación muy buena; más una vez reposada en la cabeza que en el mismo momento de verla. Me gustan estas películas aparentemente en calma donde se suceden un montón de pequeñas tragedias de esas con las que es fácil identificarse.
Y de paso aclaré el enigma del origen de "Bacri", dos pájaros de un tiro.
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