26 agosto 2010

Series de cine: El prisionero. Subversión y libertad para todas las épocas

Hace más de un año fallecía Patrick McGoohan. Y no vi que los informativos nacionales abrieran con la noticia o la incluyeran en sus titulares. Si yo fuera el director de informativos de esa cadena la noticia de su fallecimiento hubiera ido en titulares. Por el simple hecho de que él maquino (junto con George Markstein) una de las obras más importantes de la historia de la cultura. Y no es una novela ni un cuadro. Era algo tan sencillo como una serie de televisión. Pero El prisionero estaba a la altura de cualquier obra artisitica que cambiara el mundo. Así es de importante.

Asumir la trama de El prisionero es fácil. Un argumento interesante pero que no dejaba de ser una serie de espías. Un James Bond en capítulos de cuarenta y tantos minutos. Un agente del gobierno británico (o eso creemos) es secuestrado y llevado a una isla tras renunciar a su trabajo. Allí se le interrogara para saber los motivos de su renuncia. Lo dicho, un argumento de película de espías. Pero luego estaba la serie. La verdadera El prisionero.
Seguramente jamás haya existido una serie tan subversiva como El prisionero ya que abogaba  por la libertad individual poniendo en tela de juicio cualquier sistema que minimizara al ciudadano

Es significativo que unos cincuenta años después de la emisión de la serie jamás se haya realizado algo tan subversivo en televisión. Se ha arriesgado y se han realizado productos de gran calidad pero no creo que nada de lo que haya salido por la “caja tonta” haya tenido la voluntad de agitar conciencias como lo hizo El prisionero. En una primera lectura podemos descifrar que la serie era una critica contra la dictadura y el totalitarismo. Aunque es cierto que lo es no es todo lo que es. Su dedo acusador va más allá. El prisionero aboga por el individualismo hasta el máximo de los extremos. La democracia, la comunidad o el estado del bienestar son puestos en dudas y declarados como “totalitarismos encubiertos”. El problema no que el sistema no funcione sino que funciona demasiado bien y el ciudadano desaparece y sólo es...un número (en la isla donde está reclutado nuestro protagonista cada ciudadano es nombrado con un número). "No soy un número, soy un hombre libre". Con esa frase lapidaria acababan los títulos de crédito de inicio de El prisionero. Una frase mítica que daba un aviso de la idea principal de la serie. La historia de un hombre que intenta acabar fagocitado por una sociedad que no reconoce a las personas como seres humanos sino como elementos sin alma. La historia de un hombre (el número 6), la de todos los hombres.

 
Pero El prisionero no es tan mítica ni tan importante sólo por sus ideas, su subversión y controversias. Colaboraron otros factores. La estética pop absolutamente british que había tanto el vestuario, los decorados, la realización, el casting...(y que tan bien utilizaría otra serie mítica como Los vengadores). La descomunal interpretación de McGoohan como el número 6 ejerciendo un carisma arrollador (su actuación en el penúltimo capitulo de la serie queda en la memoria para siempre) y quedando en la historia a la altura de personajes míticos como Tony Soprano (Los Soprano), C.J. Gregg  (El ala oeste de la Casablanca) o Homer Simpson (Los Simpsons). La mística interna de la serie con sus múltiples referencias culturales (de Jean Cocteau a los Beatles pasando por Orson Welles) o sus capítulos emitidos en televisión de forma aleatoria y no por orden cronológico. Su marciano capitulo final con tribunales surrealistas, mascaras de simio, sonidos pop y un lenguaje críptico que ríete tú de David Lynch... Todo ha colaborado en hacer real el mito de El prisionero. Pero por encima de todas las cuestiones debe quedar la defensa del hombre como un ser independiente y capaz de decidir sobre su propia vida que hacia la serie. Por encima de dictaduras o gobiernos dando igual del índole ideológico que fueran. Jamás nadie se ha atrevido a ir tan lejos en televisión (lo cual ha sido una derrota para la especie humana) provocando y diciendo verdades como puños. Por fortuna siempre podremos agarrarnos a El prisionero para recordar que no somos números sino personas libres.

3 comentarios:

La Guionista Reflexiva dijo...

No había oído hablar de esta serie hasta ahora. Pero pienso buscarla para verla.

Gracias por el descubrimiento.

Juan V. dijo...

Hola, como va? He visto la direccion de tu blog en la revista Cinemania de septiembre, y estan muy bien tus criticas. Yo tambien soy un gran aficionado al cine. Me pasare mas veces por aqui. Yo tambien tengo una pagina, mas que nada dedicada al ocio en general pero que tambien tengo espacios dedicados al cine. Aqui te dejo la direccion por si te quieres pasar. Un saludo!:
http://www.juan-vega.es.tl/

Dr Zito dijo...

Buen texto. Me alegra que le entusiasme la serie. Merece ser reconocida mucho mas.
Saludos!