01 octubre 2010

Serie B con el freno de mano puesto

- Machete - (Robert Rodriguez, 2010)

En todo momento la sombra de Planet Terror permanece sobre Machete. Reconozco que disfruté como un niño con la película grindhouse de Robert Rodriguez. Gore, ritmo frenético, humor bizarro, un casting perfecto... Rodriguez le encontró el punto a realizar un sano divertimento de película de serie B sin quedarse en el homenaje absurdo. Por eso hay que pensar que en Machete, Rodríguez cogiera todas los automatismos que aprendió en Planet Terror. La presencia de Danny Trejo como protagonista absoluto hacia que nos frotáramos las manos de disfrutar de una bizarra y divertida experiencia cinematográfica. La pena es que la experiencia de ver Machete no es todo lo excitante que se espera.

Está claro que la presencia de Trejo impone. El actor que tanto nos gustaba en papeles secundarios es de lo mejor de la película. Sólo con su presencia física y la mirada, Trejo hace que nos creamos ese personaje imposible salido de la mente de un director sin miedo al ridículo. Y ese es el único problema de Machete, el ridículo o su miedo. Da la impresión que Rodriguez se frena muchas veces en el film (cosa que no pasaba en Planet Terror) cuando la película ese punto loco que está pidiendo a gritos. Y el inicio no puede ser mejor. Violencia, sentencias definitivas, desnudos, sangre, ritmo y Steven Seagal. Machete empieza siendo como la película bizarra que me imagino ... y quiero ver. También es positivo (y valiente) el toque social del film arremetiendo directamente contra la Ley de Arizona. 

Danny Trejo es Machete. Su presencia, mirada y figura hacen que la película cuente con un protagonista sólido y, sorprendentemente, creíble

Pero una vez acabada Machete da la sensación que no hacían falta tantas alforjas para este viaje. Una duración bastante normal como son los cien minutos se hacen excesivos para una historia que pedía sólo una hora y veinte. Pero el metraje no es el principal problema. Machete da la sensación de que se quiere desbarrar y no puede. En la escena del hospital o las de la iglesia (el diálogo de Cheech Marin y Trejo) Machete encuentra su verdadero espíritu de película trash que no tiene miedo a bordear el precipicio. Aunque Machete se disfruta y nunca aburre tampoco deja una sonrisa permanente en la boca. La sensación de que hay escenas de relleno donde Rodriguez apenas arriesga visualmente es permanente. Porque lo que no se le puede perdonar a Machete es que, al final, sea un thriller convencional. Y eso es lo que parece en algunos momentos.

Una baza es positiva en la película es su reparto que deja un buen sabor de boca Ya he hablado de la gran presencia que es Danny Trejo, alma y físico de Machete. También funcionan Don Johnson, Cheech Marin, Jeff Fahey, Michelle Rodriguez (su imagen en el final del film es para recordar durante años) e incluso Steven Seagal funcionan. Seguramente porque son los personajes que bordean más la caricatura y entienden lo que Machete tenia que ser. Más discutibles son Robert De Niro y, en especial, Jessica Alba. Esta última porque la sosez de su personaje y la poca inspiración de ella hacen que la película caiga en los caminos de la convencionalidad. Capitulo aparte merece una Lyndsay Lohan completamente desaprovechada en su papel de hija de Jeff Fahey. Su personaje de “hija descarriada” merecía más tiempo para darle a Machete el toque sucio que está pidiendo a gritos. Y más con la Lohan interpretándolo.

Machete no decepciona pero tampoco sorprende. Tiene sus dosis de gore, violencia, acción bruta, desnudos (aunque se nota la hipócrita mentalidad USA sobre el sexo), toque social con merecida reivindicación hispana, homenaje a El Santo... Y aunque se disfrutan sus virtudes deja la sensación de que Rodríguez podía haber ido un poco más lejos. Porque Machete no deja de ser una divertida película de serie B algo aburguesada.


Si van a ir en plan purista con aquello de «si es más allá del blanco y negro es una piltrafa y sólo Bergman es bueno», mejor dejen de leer. Porque esto va a de otra cosa: va de pasada estrafalaria, de un nuevo género creado por estos dos compinches del jolgorio como son Robert Rodríguez y Tarantino: la acción comedia. Todo desemboca en una pasada pasada, sin medias tintas

. El tràiler era millor (Nando Salvà, El Periódico)

Massa sovint, Rodríguez abandona les seves aspiracions exploitation  per repetir un vague discurs sobre el tracte racista que els polítics i els guardes fronterers nord-americans infligeixen als mexicans


Una propuesta descerebrada y con, sobre todo, humor que nunca debe tomarse en serio y mucho menos por su guión, voluntariamente pésimo, o un Danny Trejo inexpresivo, como mandan los cánones de sus referentes. En este sentido, sus primeras escenas son una inmejorable muestra, a ritmo trepidante, de las “pretensiones” de ‘Machete”, llenas de giros inesperados y detalles

2 comentarios:

Blogquetera dijo...

Tendra secuela?? quedará alguien vivo para hacerla??

Un saludo

kei dijo...

Premio al titular más logrado, porque es justo eso.