Midnight in Paris es una de las películas de Woody Allen que más éxito y conexión con el publico ha tenido en los últimos años. Y curiosamente es uno de las películas donde el director más y mejor ha reflexionado sobre su carrera, su arte y su vida. Ya con setenta y seis años y críticas (a menudo injustas) sobre lo previsible que se ha vuelto su trabajo Midnight in Paris parece un estupendo capricho personal. Allen deja reflexiones sobre el sexo o el matrimonio para hablar sobre la creación y preguntarse sobre su carrera siempre tan frenética con película al año. Ese personaje que representa con acierto Owen Wilson podría ser el mismo Allen reflexionando sobre si los años de Manhattan, Annie Hall, Delitos y faltas o Maridos y mujeres realmente fueron los de verdad. Donde a él le gustaría estar.
Y todo esta reflexión de Allen la reviste de un cuento mágico, en una ciudad de ensueño (eso si nunca cayendo en la postal barata) y con un juego de iconos culturales que es un homenaje a personajes vitales en la historia de la humanidad nunca cayendo en la pedantería fácil. Hay cariño y humor en todos los mitos que aparecen por Midnight in Paris. Es cierto que la película tiene partes con algún trazo grueso, chistes ya vistos y algunos excesos como lo excesivamente irritante que se vuelve el personaje de Rachel McAdams conforme avanza la película, irregularidad de Woody Allen que también pertenece al sello del director aunque sea en esta última fase. Midnight in Paris no deja de ser una reconciliación consigo mismo para intentar disfrutar de su recta final como director. Y no lo ha hecho con una película agresiva ni cínica sino con un bonito cuento alegórico. Y en su viaje ha logrado que le acompañe el público. Viejo zorro.
. Magia parisina (Jesús Roma, Cinebulosa)
Bajo la apariencia de comedia romántica, Woody Allen nos envuelve por completo en su particular mundo, y con la premisa de una excitante carta de amor a una de las ciudades más bellas del mundo, se encarga de transformar dicha comedia en todo un compendio de cine de alto contenido intelectual, lo que nos permite viajar por mundos de ensueño sin apenas parpadear y nos permite reir sin complejos sin apenas perder la compostura
. Nadie faltó a la fiesta (Antonio Bordón, La Provincia)
Sencilla, pero muy crítica, emotiva, pero muy cerebral, Midnight in Paris nos ofrece en 90 minutos de salutífera diversión un Allen rejuvenecido, fiel a su idea del cine como ilusión, en el que la figura del artista deviene, una vez más, protagonista absoluto, dentro siempre de una caligrafía pulcra y tan marginal, en la vorágine del cine de montaje actual, como sus antihéroes
. Un viaje de ida y vuelta al amor (Julio R. Chico, La mirada de Ulises)
El director de “La Rosa Púrpura de El Cairo” sigue huyendo de la realidad porque no le satisface y porque el amor ideal sólo se encuentra en el imaginario del creador, algo que debe ser cualquier enamorado y cualquier artista, en cierto sentido: crear un universo donde todo cobre un sentido nuevo, donde las mismas palabras o las mismas notas musicales lleguen empapadas de sentimientos vivos y de encanto embriagador
3 comentarios:
Pues a mi, a pesar de que le reconozco el punto postal, me gustó el inicio. Y toda la peli, la verdad.
Hola a todos, me llamo Jose y soy una apasionado del cine y las buenas historias… Hace poco me vi Midnight in Paris http://j.mp/lZQ52b , la historia es muy buena y con París de fondo vista por Woody Allen es una gozada, el personaje de Gil es genial como “mimetiza” a Allen con sus gestos, voz, movimientos, realmente la actuación de Owen me pareció muy buena.. pero es verdad que se queda en momentos flojito el guión. Saludos
Hola, hace mucho no entraba al sitio. Les dejo saludos y espero tener màs tiempo para ver las notas, se ven interesantes. Saludos
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