11 junio 2011

Asesina química

- Hanna - (Joe Wright, 2011)

Tras su éxito con adaptaciones literarias (Orgullo y prejuicio, Expiación) y su traspiés telefimero (El solista), Joe Wright afrontaba un proyecto clave en su carrera. Hanna era la película que muchos esperaban para ver si colocaban a Wright como un director a seguir o como simplemente como uno más. Y lo que ha hecho el bueno de Joe Wright es algo valiente que muchos no se atreverían, descolocar al personal. Hanna ya tiene un argumento de derribo con esa historia de niña asesina suelta por Europa que algún que otro director se hubiera querido tomar en serio. Wright entiende que Hanna es la oportunidad de soltarse la melena y olvidar el que dirán.

Hanna se olvida (parcialmente) de Bourne. Es cierto que la película de Wright tiene ese tono oscuro y conspiranoico, esa coreografías de acción (la pelea en el metro de Bana) de la saga protagonizada por Matt Damon pero quitándole cualquier rasgo de solemnidad. Planificada al milímetro Hanna es una alucinada película sobre niños soldado, variaciones genéticas, malos que rozan la caricatura (magníficos Cate Blanchett y Tom Hollander) y una aire a aventura de acción a lo europea que atrae por su rotundidad formal. Wright también demuestra ser un tipo listo al desparramar lo justo y siempre colocarse al límite del (posible) rechazo logrando así momentos de extraordinaria belleza como su bucólico inicio que relata la vida de Eric Bana y Sairose Ronan o el cadáver colgado en esa casa salida de la mente de unos hermanos Grimm del siglo XXI. Hasta las encias sangrantes de Blanchett tienen un perversa atracción. Lo que no es una duda para defensores y detractores de Hanna es la constatación del talento de Saoirse Ronan que sostiene la película con una entereza que sólo tienen las más grandes.

. Violencia de 'rave-party' (Jordi Costa, El País)

Bajo la sombra, fastidiosamente alargada, de Jason Bourne, Hanna se afirma como crepuscular cuento de hadas y encuentra su perfecto símbolo en el ruinoso parque de atracciones que acoge el clímax final

.La educación no lo es todo en Hanna (Luis M. Álvarez, Extracine)

Destacar el estilo visual abordado por Joe Wright que si bien aprovecha todos los recursos audiovisuales que tiene a su alcance, lo hace con discreción, acelerando el ritmo en los momentos de acción, pero no perdiendo nunca de vista el objetivo de la historia que nos está contando

Specific details aside, much of “Hanna” feels, for better or worse, like the sort of thing that usually involves Angelina Jolie or Milla Jovovich.  And while you’d expect someone with the pedigree of Wright to do something special with it, perhaps the genre itself resists him, no matter how he tries to gussy up his technique.  These sorts of fantasies can only get so arty before they get mired in the dispiriting reality of what they are, after all

1 comentario:

Aitor Maiden dijo...

Yo todavía me estoy debatiendo entre si me gustó o no. Aún no estoy muy seguro de qué fue realmente lo que vi.