Ocho meses después de la finalización del último Festival de Sitges comprobamos que muchas de las películas que se pudieron ver en el certamen se han estrenado tarde y mal o directamente no han llegado a España. Con lo cual el cine de terror (o fantástico) sigue vendiéndose como algo para especialistas o un sector muy especifico del consumidor del cine. Y en estas llega una nueva película de James Wan (presentada con buenas críticas en Sitges), creador de Saw y en parte precursor de que el torture porn llegue a las pantallas de todo el mundo (si la censura lo permite). Pues resulta que la Insidious de Wan es todo lo contrario a lo esperado y lo que nos llega es un acto de amor mostrando un terror de artificios pero que acaba desprendiendo una naturalidad envidiable.
Insidious es una película de casa(s) encantada(s), fantasmas, ruidos y sombras donde nada se esconde. Wan convierte Insidious en un espectáculo de magia donde se pueden ver los trucos. Porque la película no deja de ser una historia para recordar cómo se sentía uno al ver su primera película de horror y te traslada a un mundo de terrores infantiles donde pasarlo mal era sinónimo de pasarlo bien. Insidious tiene un aroma de una hermosa ingenuidad donde un espectador “serio” puede pensar que el film siempre está al borde del ridículo más espantoso. Pero si uno quiere pensar en cuando era niño y miraba debajo de la cama o en las armarios para ver si había monstruos, puede dejarse transportar por Wan a un mundo de terror sin vergüenza donde por fin conoceremos al hombre del saco. Pero el gran triunfo de Insidious es que bajo su manto de clasicismo da más miedo que otra películas supuestamente rompedoras.
. Corrientes circulares del terror posmoderno (Sergio F. Pinilla, Cinemanía)
En Insidious se percibe la influencia de las plataformas Playstation o XBox en el diseño de los personajes, los escenarios y hasta en el argumento. Esto no resta méritos a una factura técnica impecable, a un diseño de producción que al principio nos convence de que, efectivamente, estamos asistiendo a un nuevo renacimiento del género de terror
. James Wan busca el norte (Gerard Fossas Noguera, Butaca preferente)
Insidious es una película bipolar en la que se refleja lo mejor y lo peor que puede ofrecer su director, un hombre que deambula por el amplio lecho que hay entre la eterna promesa y el fiasco. De todas formas, el filme no aburre a pesar de que al cabo de una hora empieza a desinflarse progresivamente hasta dejar la irremediable sensación de que James Wan no ha tenido éxito esta vez, pero que quizá haya encontrado el rumbo para volver a ser “el director de Saw”
. Terror bien logrado al estilo de la vieja escuela (Rodrigo Chavero, El espectador avezado)
Me atrevo a decir que "Insidious" es una película para cualquier tipo de público. Es inteligente, cuidada y lógica en su progresiva secuencia, por lo que califica para espectadores que no son adictos al género
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