29 noviembre 2008

Interpretaciones de cine: Cary Grant (Con la muerte en los talones) Elegancia contra viento y marea

Hoy se cumplen veintidós años de la muerte de Cary Grant. Hace ya más de dos décadas que la elegancia, el saber estar y la ironía desaparecieron del mundo del cine. Todas las películas (muchas de ellas grandiosas como Encadenados, La fiera de mi niña, Luna nueva...) que interpretó tenía “el toque Grant”. Pero, en mi opinión, el largometraje que unía todo lo que podía dar Cary Grant a una historia y que fue donde descubrí al actor es Con la muerte en los talones. Tuve la suerte de ver el film siendo joven. Y digo suerte porque para mí es una película para gente joven. Es entretenimiento en estado puro, ríete ahora de las películas de Michael Bay (por poner un ejemplo) que te aseguran explosiones, ritmo, humor... Todo eso ya se lo había inventado Hitchcock en una de esas pocas películas “perfectas” que existen en la historia. Pero obviando los meritos del film, Con la muerte en los talones no sería lo mismo sin Cary Grant. Sería algo grande pero no TAN grande. James Mason y Martin Landau se dedican a putear a Grant durante más de dos horas. Le confunden con otra persona, le emborrachan, le pegan, le persiguen... Pero a Grant eso le trae al fresco. ¡Es Cary Grant, por dios! Sale de todas las situaciones impoluto, sin una mancha, sin una arruga en su traje. Siempre con su ironia y su saber estar. Además le da tiempo a seducir a la rubia de la película (espectacular Eva Marie Saint). Faltaría más. Cary Grant nunca fue más Cary Grant que en Con la muerte en los talones. Para disfrute de todos nosotros. A veces se dice que Cary Grant sólo se interpretaba a si mismo. A mí entender eso no es ningun problema si tu eres alguien tan apasionante como Cary Grant.

22 noviembre 2008

Revelaciones de cine: Cécile De France (Una casa de locos). Y comenzó la conquista de Francia...



Siempre es una alegría encontrarse en televisión con Una casa de locos. A pesar de ser la versión doblada, a pesar de la vulgar traducción de su titulo (Una casa de locos = L’auberge espagnole...¿?) Me consta que en Elche (ciudad con mucho estudiante compartiendo piso) fue muy seguida cuando la emitieron en La 2 hace unos días.

Verla por televisión me recuerda cuando la vi hace años en cine. Rodeado de gente joven, en los cines Astoria de Alicante. ¿Hay algo más cool? Pero me recuerda a como le puse el ojo a una actriz que tenía un pequeño papel. No, no es Audrey Tatou. A pesar de que, en parte, se vendiera la película como una película de una Tatou post-Amélie. La estrella de la función para mi fue Cécile De France.

Me fascinó en su papel de amiga lesbiana del protagonista Romain Duris. Por cierto, por mucha mujer casada que se ligue Duris es un pavo toda la película. Pero De France en su papel de Isabelle sabía como ponerle en su sitio y enseñarle un par de cosas sobre la vida. La escena donde le enseña a ligarse a una mujer queda en la antología del reciente cine francés. Cuando salí del cine me sentí como un bicho raro porque de todo lo que cuenta Una casa de locos me quedé con el rol de esa larguirucha (y bellísima) actriz belga.

Hasta que la Academia de Cine Francés decidió apoyar mi punto de vista. Nominó al César a Cécile por su rol en Una casa de locos como mejor actriz revelación (si, los franceses también tienen esa chorrada categoría) . De France ganó y con la estatuilla urdió un plan, irse a la conquista de Francia. Y ganó la guerra de pleno. Encadenó películas (Las muñecas rusas, Alta tensión, Quand j’etais chanteur...), combinó papeles de drama con cómicos y sobretodo acumuló nominaciones y premios. Premio a la mejor actriz en Sitges por Alta tensión, César a la mejor actriz de reparto por Las muñecas rusas, ¡doble nominación en 2007 al César a la mejor actriz por Quand j’etais chanteur y Fauteuils d'orchestre!...

La conquista llegó a su fin y De France ya es una de las primeras (y mejores) actrices del cine francés. Aunque yo siempre me quedaré cuando se me reveló en Una casa de locos con esa clase de seducción gratuita que le daba a Romain Duris.


07 noviembre 2008

Joyas a reivindicar: Munich. La obra maestra de Spielberg que no se debe olvidar

Vale, lo acepto. Munich no es una “joya a descubrir”. Tuvo buenas críticas, una taquilla aceptable y cinco nominaciones a los Oscars. Además, desde su estreno es un film alabado por varias personas. Pero también hay otras verdades. No ganó ningún Oscar y hubo cierta displicencia en el trato hacia ella. Una especie de “vale Steven te has puesto serio esta vez y no está mal. Pero ahora ponte a trabajar en algo más de tu estilo”. En resumen, olvidémonos de Munich. Y eso no debe pasar nunca. Porque estamos quizá ante la mejor película de Steven Spielberg (que conste que quizá está en negrita).

Munich es cruda, osada y directa. No hay zarandajas, ni desvíos. Spielberg decide hacer una película con todas las de la ley, cogiendo todo lo bueno de su cine (menos David Fincher, nadie rueda como él) pero obviando todo lo malo. O sea sus famosas trampas. Porque Munich no es la La lista de Schindler. No hay niñas con abrigos rojos en una película en blanco y negro. No hay finales dudosos. El viaje al infierno de los cuatro asesinos que matan a asesinos es real. Y la violencia es real. ¿Desagradable? Bastante, pero el terrorismo lo es. El ataque del Mossad en Beirut, el asesinato de (mi adorada) Marie Joseé-Croze, la metódica narración de los asesinatos de los deportistas israelíes... Spielberg viaja junto con Eric Bana, Ciarán Hinds, Daniel Craig, Mathieu Kassovitz y Hanns Zischler en su viaje. Pero lo hace al lado, donde no se pueden hacer trucos de efecto. Por cierto, ¿cómo puede ser que Bana y Hinds no tuvieran una campaña para optar a los oscars de mejor actor principal y de reparto, respectivamente?

Munich habla del terrorismo. El palestino, el vasco, el israelí, el estadounidense... Observamos un bucle inacabable de horror. Como la misión de los protagonistas que va más allá de los objetivos y se mete en sus casas. Quizá esa claridad para hablar del GRAN TEMA, hizo que muchos se asustaran.

Me gustaría que Munich no fuera una nueva El imperio del sol. Es decir una obra grandiosa tapada por películas menores (pero más exitosas) del bueno de Spielberg. Aunque sea un viaje duro acompañad a estos hombres en su camino. Y luego hablad de Munich, que no se quede olvidada en la memoria.

02 noviembre 2008

Series de cine: Colombo. Lucha de clases policíaca

Puede chocar hablar de Colombo aquí. No pertenece a esta maravillosa generación de series adultas e inteligentes (Los Soprano, El ala oeste de la Casa Blanca, Dexter...) que disfrutamos actualmente. Pertenece a una época de series sólidas y profesionales que pululaban por la televisión norteamericana en los años 70. Pero Colombo siempre me fascinó porque era mucho más de lo que en un principio ofrecía (una típica serie policíaca). El argumento de cada capítulo era siempre el mismo. Un personaje elabora un plan para realizar el crimen perfecto. Tras realizarlo se queda libre de sospechas...hasta que llega el Teniente Colombo. Para resolver el caso nuestro protagonista se hace amigo del criminal...para investigar el crimen junto a él. A partir de ahí comienza un tira y afloja entre el criminal (que intenta encubrir lo que ha hecho) y Colombo (que intenta resolverlo). Al final, como no, Colombo resuelve el caso gracias a un giro inesperado. Bueno, pues aquí tenemos el argumento que se repetía absolutamente en TODOS los episodios. Pero si rascamos Colombo podía ser algo más. El criminal siempre era un personaje de clase alta (económica y cultural) que bajo su prepotencia organizaba un crimen perfecto. Generalmente para mantener ese estatus. Por otro lado tenemos al bueno. Un policia de clase media que a pesar de resolver cientos de casos no tiene dinero ni para comprarse una gabardina decente. Durante el capítulo (de larga duración) vemos una autentica lucha de clases dialéctica e inteligente, en donde la clase alta (el criminal) lucha contra la clase media (la justicia). 
 
Hay cientos de razones por las que recomendar Colombo. El carisma que desprendía Peter Falk, sus excelentes guiones, los maravillosos villanos (Patrick McGoohan, John Cassavetes, Dick Van Dyke...). Aunque puede ser que haya gente que le parezca una serie aburrida y repetitiva. Pero me remito al chiste que escribieron los grandes Albert Monteys y Manel Fontdevila en ese icono que es la tira cómica: Para ti, que eres joven  
 
- ¿Te gusta Colombo? Pero, si siempre es igual. 
- Lo sé. ¡Y qué no se le ocurra cambiar!